Cinco mujeres icónicas en la historia de la ilustración
La historia del arte ha reducido a las mujeres al papel de musas. Sin embargo, estas cinco historias prueban que a inicios del siglo XX ya había ilustradoras rebeldes que trazaban el rumbo de sus propias vidas antes que ser sólo dibujadas por otros.
Dentro de la industria gráfica, se ha guardado como un secreto la historia de las mujeres artistas. Hacerse un lugar propio en un mundo diseñado por y para los hombres parece una batalla perdida. Hoy, en pleno siglo XXI, la posibilidad de planear y construir nuestras vidas ha sido ganada a pulso gracias a las peleas de otras. Estas son cinco historias de algunas ilustradoras icónicas que dibujaron su propio destino en la primera mitad del siglo XX. Gracias a sus ilustraciones, tiras cómicas, viñetas y series de cómic, se comenzaron a nombrar a las mujeres ilustradoras en libros, diarios y periódicos.
Rose Cecil O'Neill
Los “Kewpies”, esos tiernos bebés que parecen el Piolín de nuestras bisabuelas, fueron la obra maestra de la ilustradora norteamericana Rose Cecil O’Neill. Esta artista y escritora estadounidense nacida en 1874 logró hacerse un lugar con su nombre en el mundo del cómic. A sus 22 años, se convirtió en la primera mujer estadounidense en publicar una tira cómica en 1896 para la revista Truth.
Sin embargo, su nombre comenzó a resonar en la segunda década del siglo XX, una época donde la ilustración era vaina de hombres. En 1909 publicó por primera vez su tira cómica Kewpies en la revista Ladies' Home Journal. Estos personajes no tardaron en ser tendencia, primero como juguetes de papel comercializados por la misma O’ Neill y luego, desde 1912, como muñecos de porcelana elaborados por la empresa de juguetes alemana JD Kestner.
Rose O’Neill fue todo un ícono, pues además de ser la primera mujer estadounidense en publicar una tira cómica, también se convirtió en la primera mujer ilustradora mejor pagada en Estados Unidos en 1914. Además, la representación y lucha por los derechos de la mujer fueron parte de su obra, pues apoyó activamente el movimiento sufragista femenino a través de los Kewpies.
Tove Marika Jansson
La talentosa finlandesa creadora de los Moomins nació en 1914. Además de ilustradora, también fue reconocida por sus creaciones literarias y pictóricas. Tove Marika Jansson creció en un ambiente artístico y liberal favorable que le permitió desarrollar su creatividad desde muy temprana edad. Fue hija de Signe Hammarsten-Jansson, una diseñadora gráfica sueco-finlandesa.
Jansson estudió programas relacionados con las artes gráficas en cinco colegios y universidades diferentes. Comenzó su carrera artística cuando escribió e ilustró su primer libro a los 14 años. Más adelante, participó en diferentes exposiciones de artes hasta que, en 1943, realizó su primera exposición individual.
La mayor parte de su vida se dedicó a la escritura e ilustración de cuentos y artículos. Su estilo se caracterizaba por la simplicidad del trazo, pero también y especialmente por su crítica política antifascista. Su mayor reconocimiento fueron los Moomins: una serie de caricaturas sobre trolls adorables que viven sus aventuras en “Moominland”. Los personajes de esta serie están inspirados en la familia de la ilustradora, y utilizó varios capítulos para hacer críticas a los vejámenes de la Segunda Guerra Mundial.
Jackie Ormes
Esta humorista gráfica nacida en los Estados Unidos en 1911 se destacó por su activismo y crítica social a través de sus viñetas. Fue conocida como la primera mujer afroamericana en ilustrar tiras de cómic para prensa. Entre sus publicaciones más reconocidas se encuentran Torchy Brown y Patty-Jo 'n' Ginger.
Pero Ormes no solo sobresalió por sus habilidades artísticas: también fue periodista. Dio sus primeros pasos cuando terminaba el colegio y le envió al director de un periódico afroamericano sus primeros artículos y dibujos. Más tarde, comenzaría a publicar en periódicos como Pittsburgh Courier y The Chicago Defender. En sus tiras cómicas, sus personajes principales son mujeres negras, críticas y fuertes que retaban los prejuicios racistas de la época.
Como activista, Jackie Ormes hizo parte de la junta fundadora del Museo de Historia Afroamericana DuSable, además de colaborar en eventos para recaudar fondos con distintas causas sociales del momento.
Nell Brinkley
La femme fatale de la época dorada se puede parecer a los personajes de Nell Brinkley, una ilustradora y dibujante estadounidense que en 1913 creó a las Brinkley Girls, un cómic con personajes femeninas que luego serían populares en las creaciones musicales, el cine y el teatro.
Aunque no terminó el bachillerato, Brinkley fue mejor conocida como “La reina del cómic”, pues a muy temprana edad decidió dedicar su vida a la ilustración, convirtiéndose en una brillante representante del cómic. Sus dibujos hicieron parte de diferentes portadas de libros, revistas y periódicos de principios del siglo XX. Su carrera comenzó en 1907, cuando publicó sus primeras ilustraciones en el periódico Journal, en Manhattan. Sin embargo, lo que catapultó a Nell Brinkley a la fama fue la creación de las Brinkley Girls. Estos personajes actualizaron -e independizaron- a la “Chica Gibson”, el canon de la mujer “ideal” entre finales del siglo XIX y principios del XX en Estados Unidos. La popularidad de las Brinkley Girls fue tanta que las mujeres comenzaron a vestirse, maquillarse y peinarse como ellas.
Además de dibujar, Brinkley también fue reconocida por sus artículos, principalmente sobre la cultura pop de la época. Durante la Primera Guerra Mundial, sus textos comenzaron a documentar la situación del país desde las voces de mujeres jóvenes y trabajadoras.
June Tarpé Mills
Si en la actualidad el mundo del cómic parece creado principalmente para el público masculino, a principios del siglo XX era impensable que una mujer disfrutará de su lectura. Y más lejano aún era que estuviera sumergida en su creación. Contra todo pronóstico, June Mills fue la primera mujer en crear una superheroína en los cómics con el personaje de Miss Fury en 1941.
Mills nació en 1912 y comenzó su carrera en la década de 1930. Sus primeras creaciones fueron grandes personajes de cómic como The Purple Zombie, Devil’s Dust o The Cat Man. Pero Miss Fury, su personaje icónico, fue un escándalo para la época, pues mostraba una superheroína con una doble vida de socialité y de mujer salvaje. Su personalidad era incitadora, rebelde y perversa. Utilizaba tacones altos, látigos y piel de pantera.
Durante poco más de 10 años, Mills se dedicó a dibujar la serie de Miss Fury, dejando un archivo y un legado inmenso en la historia del cómic. A pesar de su talento, los prejuicios entonces, la gigantesca competencia y la falta de apoyo, Mills se vio obligada a abandonar el personaje de Miss Fury para dedicarse a la ilustración de terceros.
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