Tarots para entusiastas de la historia del arte
En estas barajas, la estética de artistas como Dalí, Klimt o Leonora Carrington da vida a los arcanos. ¿Cómo nacen estos proyectos de arte y esoterismo?
El tarot es uno de los métodos de adivinación favoritos de Occidente y ha gozado de gran popularidad en los últimos dos siglos. A pesar de que su origen preciso es difícil de fijar, esta baraja ha seducido a cientos de miles de mentes a través del tiempo, convirtiéndose en parte central de la cultura esotérica y en uno de los productos con más variaciones, motivos e interpretaciones en los mercados espirituales.
Si bien es cierto que no sabemos si sus símbolos provienen del antiguo Egipto o si llegaron a Europa por grupos arábigos que estaban creando relaciones comerciales con los varios reinos del antiguo continente, se ha determinado que la baraja Visconti-Sforza, creada entre 1412 y 1417, es la primera de una gran serie de naipes con símbolos utilizados para pronosticar el futuro. A pesar de la persecución posterior que sufrió la práctica al ser tipificada como brujería, como casi todo en la temerosa sociedad europea de hace un par de siglos, el tarot sobrevivió por tradición oral y su lectura se extendió a todo el continente para luego llegar a las Américas. Parte de su popularidad se debe precisamente a estos símbolos que adornan los naipes, llamados arcanos para los iniciados y curiosos, que revisten una importante iconografía que hace más eficiente el proceso de leer nuestra suerte.
Los mazos del tarot están ricamente decorados con figuras mitológicas, arquetipos del camino humano a través de las varias etapas de su descubrimiento personal.
Aunque hay varios tipos de barajas, como la Visconti-Sforza, sobresalen tres construcciones particulares: el Tarot Rider-Waite —publicado originalmente en 1910—, al que también se le conoce como Rider-Waite-Smith, Waite-Smith o simplemente Tarot Waite, que fue ilustrado por Pamela Colman Smith a partir de las instrucciones del académico y místico Edward Waite; el Tarot de Marsella, uno de los más antiguos y probablemente construido a finales del siglo XV cuando los franceses conquistaron Milán y Piamonte con características similares al Tarot Rider-Waite, pero con una importante carga de alegorías y símbolos cristianos y, por último, el Tarot de Thoth, o Libro de Thoth, ideado por el mago y ocultista Aleister Crowley entre las décadas del treinta y el cuarenta del siglo pasado.
El tarot ha gozado así de muchas transformaciones y su práctica sigue creciendo día a día. Estas versiones más recientes tienen la estética propia de grandes representantes de la historia del arte. Mientras se adentra en este mundo secreto, le dejamos varias de estas barajas con las que se puede empezar a familiarizar con la lectura.
Salvador Dalí (1984)
Hay dos cosas importantes que saber sobre Salvador Dalí: era un artista virtuosísimo y sabía hacer negocios como un genio mercantil. Cada detalle de su obra está cuidado, evaluado y producido con frialdad, desde la dirección de arte de las fotos que alguien le tomaba hasta las enigmáticas respuestas que ofrecía en sus entrevistas. Sin embargo, todo hay que decirlo, es uno de los artistas más importantes del movimiento surrealista, esa tendencia nacida en el seno de un pequeño grupo de intelectuales franceses quienes, influenciados por el cubismo y el Dadá, despreciaron el racionalismo y el realismo literario para dar forma a una corriente automática de creación que liberaba el inconsciente, jugaba con los imaginarios oníricos y encontraba la belleza en lugares insospechados. Dalí aprendió estas lecciones y las extrapoló al mundo del cine y de la moda, convirtiéndose además en uno de los más exitosos de estos artistas.
Su tarot fue impreso en 1984 y se basa en la baraja de Raider-Waite que, a diferencia de la de Marsella, ofrece una serie de Arcanos menores más ricos en iconografía, presentando el mazo francés 56 cartas más bien alegóricas con los elementos de cada palo agrupados, como una baraja de póker tradicional.
Como no podría ser de otro modo, el propio Dalí representa al Arcano número 1, “El mago”, una carta de inmenso poder vinculada a una larga tradición esotérica proveniente del antiguo Egipto, la sociedad griega o las tradiciones mesopotámicas. Por su lado, Gala, esposa de Dalí por quien el pintor decidió construir su propia baraja, representa el segundo arcano, “La sacerdotisa”, una carta que expresa la sabiduría, la meditación y la reflexión interior. El tarot de Dalí se vendió rápidamente en 1984 y estuvo agotado durante mucho tiempo. Hoy se puede volver a comprar, aunque no es barato.
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Sergio Toppi (1989)
Sergio Toppi, fallecido hace una década, fue uno de los más importantes historietistas e ilustradores del siglo pasado. El italiano se hizo un nombre desde finales de la década de los cincuenta y desarrolló un estilo particular, vibrante y preciosista en el que combinaba con inteligencia estética la poderosa mancha de tinta negra, ominosa, espectral, con el color dinámico y emotivo de la acuarela. Fue uno de los pioneros en repensar la forma de la viñeta como herramienta narrativa, décadas antes de la publicación de las novelas gráficas de Will Eisner, el Arkham Asylum de Grant Morrison o Watchmen de Alan Moore. Fue parte de una serie de creadores italianos, franceses y españoles que llevaron al cómic europeo a su era dorada y un nombre clave para creadores de todo el mundo.
Su Tarocchi delle Origini fue publicado en Torino a través de la editorial Lo Scarabeo y es una joya gráfica con su estilo característico. Toppi dio forma a los 78 naipes del Raider-Waite creando un universo pre-verbal que retrata la primera noche de los hombres en la tierra, cuando todo lo que nos rodeaba era magia, un mensaje cifrado de los dioses o la manifestación física de algo que nos excedía y nos desbordaba. Su tarot es una obra de arte portátil que genera significados novedosos sobre la iconografía de Pamela Colman Smith y que a veces puede resultar espeluznante. Toppi creó estas imágenes con una factura delicadísima y le sobreviven como uno de los legados más bellos de su universo gráfico.
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Leonora Carrington (1955)
Deberíamos hablar más, mucho más, de la obra de la siempre enigmática Leonora Carrington. Nacida en el seno de una familia estricta en Inglaterra y radicada en México desde 1943 hasta el final de sus días, en 2011, Carrington fue una fuerza creativa imbatible quien, a pesar de su época, no quedó eclipsada en el extenso panteón del surrealismo.
A la artista y novelista no le importaba la lectura sobre los sueños de Sigmund Freud, sino más bien las experiencias alquímicas o el realismo mágico. Su obra desde 1940 buscó representar la experiencia femenina dentro del movimiento surrealista, antes de permitir que otros artistas siguieran representando lo que creían era la feminidad. Durante mucho tiempo se dedicó al estudio de la relevancia de la mujer como figura de inspiración en la creación artística a través de los siglos.
Su tarot se compone únicamente de Arcanos Mayores y es una suerte de homenaje primordial a las diosas olvidadas de la historia humana. Son 22 óleos de 16 cm x 24 cm que la artista guardó celosamente durante años y solo fueron descubiertos hasta 2018, cuando la curadora de arte Tere Arcq preparaba una exposición para celebrar la obra de la artista mexicana-británica. La sustitución de las figuras en el lugar que deberían ocupar los Arcanos Mayores masculinos (como “El diablo” o “El mundo”) no son simplemente un ejercicio formal, pues hacen parte de los procesos de indagación interna de la artista, quien favorecía el tarot como herramienta de autoconocimiento por encima de todas las demás. Son imágenes de una belleza sorprendente que sobrecogen por la naturalidad con la que se van construyendo sobre el lienzo, casi como si se materializaran por arte de magia.
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El tarot de Gustav Klimt
Esta es una de las trampas esotéricas que suelen replicarse con demasía en el mundo del mercado espiritual. Gustav Klimt no diseñó este tarot y tampoco sabemos si el nombre más importante de la secesión vienesa era amante de las artes adivinatorias. Sabemos sí que tenía un lenguaje visual avanzado y que sus pinturas simbólicas son algunas de las más hermosas del siglo XIX y principios del XX, pero ello no nos da ningún indicio sobre su filiación con ninguna práctica de espiritualidad alternativa. A menos que el poliamor que practicaba con un tufillo de machismo se considere parte de un camino de iluminación propio. Lo cierto es que muchas personas utilizan imágenes libres de derechos, o se basan libremente, en la obra de artistas particulares para aprovecharse de los incautos y hacerse así de bastante dinero. Pero estas barajas no respetan las claves simbólicas, iconográficas o alegóricas de las barajas de tarot tradicionales. Como objeto decorativo son preciosas, más aún si tiene pan de oro y relieves en espiral dorados como es el caso de este tarot en particular, pero no cumple el propósito de guiarnos en el viaje espiritual de descubrimiento propio que hace parte de las lecturas del tarot. Igual, se ve bien junto a cualquier libro de gran formato de Taschen o sobre los ríos de Colombia editado por Villegas Editores.
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King Khan, Michael Eaton y Alejandro Jodorowsky
Pause la lectura de este artículo y luego abra su plataforma de streaming favorita para escuchar alguno de los álbumes de King Khan, ya sea en su proyecto solista o con su banda The King Khan BBQ Show. Será alguna de la mejor música que conocerá esta semana. Arish Ahmad Khan es un hombre renacentista de Canadá, músico, productor, compositor y escritor, quien ha creado una obra extensa que se extiende por varias disciplinas. Su Black Power Tarot nace de la idea de celebrar la fuerza y la resistencia del pueblo africano a través del lenguaje místico del sistema adivinatorio.
Para crearlo eligió a 26 personas afroamericanas que sintió que siguieron un verdadero camino de iluminación a pesar de haber nacido en una tierra que los había reprimido durante tantas décadas. Khan había estudiado el Tarot durante diez años, luego de que Alejandro Jodorowsky le dio una baraja del Tarot de Marsella mientras lo visitaba en su casa. Jodorowsky, escritor, director, músico, dramaturgo y psicomago es una de las figuras prominentes del tarot contemporáneo y fue un guía durante todo este proceso.
La misión detrás del "Black Power Tarot" era agregar una dosis de mitos surrealistas a la historia estadounidense al reemplazar los arquetipos de los arcanos mayores con el pueblo elegido, dando así al mundo una nueva baraja. Khan compartió esta visión con el artista de Belfast, Michael Eaton, quien luego ideó los dibujos. Khan le proporcionó muchas instrucciones de diseño para mantenerse fiel a la geometría sagrada de la baraja de Marsella, de modo que esta baraja pudiera usarse de la misma manera.
Khan luego le presentó los dibujos a Jodorowsky, a quien se le pidió que aprobara cada uno. Jodorowsky aprobó 17 de las 22 tarjetas en la primera ronda. Khan & Eaton hicieron los cambios correspondientes a las 5 cartas restantes hasta que finalmente recibieron las bendiciones del chilenos y el honor supremo de ser dos de sus guerreros espirituales. Así, por ejemplo, Tupac representa al Arcano 12, “El ahorcado”, mientras que Andre 3000 y Erykah Badu representan al Arcano 20, “El juicio”. Su tarot presenta también a Nina Simone, Tina Turner y a Richard Pryor, el comediante, como “El loco”, con una pipa de crack.
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