Festivales al Parque desde casa
Con la virtualidad como el único camino para seguir desarrollándose, estos espacios tradicionales de la cultura festivalera en Bogotá se transformaron para seguir impulsando la escena musical capitalina
La última vez que los parques bogotanos vibraron al son de música en vivo fue con La última rumba, de Henry Fiol, en el cierre de Salsa al Parque 2019. Pero en ese año el Parque Simón Bolívar, el Parque el Country, el Teatro Jorge Eliécer Gaitán y otros habituales escenarios de los Festivales al Parque ya habían vibrado en los diferentes espacios con las cuerdas del contrabajo de Ron Carter, la cumbia de los Minyo Crusaders, el piano de Fito Paez y el ritmo caliente de los Boogaloo Assassins.
No hace falta recordar por qué a estas alturas no hubo festivales tal como usted los recuerda, sin embargo, desde el día cero de la situación causada por el COVID-19, los festivales decidieron reinventarse (sin hacer torta de banano). El 2 de julio de 2020 las redes sociales de los diferentes festivales comenzaron a comunicar de manera unánime y bajo una sola campaña, el programa Festivales al Parque “una plataforma de oportunidades para la música en Bogotá”.
La unanimidad fue tanta, que esta vez la imagen de los festivales fue una sola. Es cierto que la tradición de carteles de Rock al Parque, Salsa al Parque, Colombia al Parque y los demás festivales era prácticamente un acontecimiento nacional; la apariencia y el mensaje de cada uno transmitía el ambiente que se vivía en cada escenario. Según Chucky García, programador artístico de Rock al Parque y Colombia al Parque “sería ilógico que la música (y la imagen) de una ciudad que es la casa de muchas culturas y personas de otras regiones se mantuviera impoluta y estática”.
Siguiendo esta línea, la a Gerencia de Música del Idartes (de donde se desprenden los Festivales al Parque) lanzó un programa completo de becas, estímulos y convocatorias para el fortalecimiento, la formación, creación, producción, gestión, promoción y circulación del circuito musical bogotano. Una bolsa total de mil millones de pesos distribuidos en veinte estímulos de cincuenta millones de pesos cada uno.
En palabras de García el nuevo objetivo de los festivales “fue conectar todos sus esfuerzos en la reestructuración de los estímulos y los proyectos que atienden a la ciudad, a los artistas y a los agentes del sector de la música, destinando los recursos para la implementación de proyectos para reactivar el sector desde el emprendimiento y las oportunidades de negocios en la música; para acompañar procesos de artistas y gestores de las localidades de Bogotá; para estimular la creatividad y el trabajo colaborativo; o para lanzar una nueva versión de su portafolio de estímulos”.
La música en vivo no se quedó atrás en este esfuerzo por impulsar el circuito musical de la ciudad. Durante este periodo donde la virtualidad fue el único camino artistas y agrupaciones como Curupira, Salsangroove, Carlos Elliot Jr y Mitú se han presentado en las diferentes plataformas de los Festivales al Parque.
Jazz al Parque cumple 25 años y para conmemorar el aniversario, los organizadores han preparado una serie de actividades especiales incluyendo distintos tipos de conciertos y un proyecto transmedia que cumplirá como archivo multimedia, un espacio para la memoria. Este espacio transmedia abordará la virtualidad para profundizar la historia y el lenguaje que ha permeado a este festival desde 1995. Esta cruzada contará con cinco productos: la serie audiovisual Jazz Mutante, la serie podcast Jazz Al Podcast, la recopilación musical Jazz Al Parque, 25 años en 25 temas, el banco virtual de partituras de la Big Band Bogotá y un libro interactivo que compila los demás productos.
Musicalmente este aniversario fue acompañado por una presentación de la Orquesta Filarmónica de Bogotá en octubre y para este 18 de noviembre, la Big Band Bogotá tendrá un concierto en el Teatro Julio Mario Santo Domingo. Esta Big Band ha sido un laboratorio que desde 2010 ha reunido a compositores, arreglistas e intérpretes de la escena del jazz en Bogotá. En esta ocasión el ensamble es producto de la convocatoria realizada por el festival entre septiembre y octubre de 2020; y presenta adaptaciones de las obras Aquarimantina, de Juan Carlos Padilla; Magenta, de Wiliam Maestre; y Ver llover, de Lucia Pulido. Adquiera sus boletas en el siguiente enlace.
Por último, Jazz al Parque se trasladará de la virtualidad y los escenarios hasta las calles de las localidades de Bogotá con propuestas que interpretarán adaptaciones del repertorio histórico de la Big Band Bogotá. Igaragó el 11 de diciembre en Teusaquillo, Cachicamo el 12 de diciembre en Suba y el quinteto de Santiago Sandoval el 13 de diciembre en Engativá, serán las agrupaciones que estarán en los conciertos itinerantes que celebran el 25 aniversario de Jazz al Parque.
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