La defensa bioquímica
En muchos casos aparecen enfermedades frecuentes, curiosas afecciones y hasta peligrosas patologías en nuestro organismo en un corto o lejano plazo.
Abusando de la salud y bienestar natural de nuestro cuerpo ponemos en riesgo nuestra integridad; en muchos casos aparecen enfermedades frecuentes, curiosas afecciones y hasta peligrosas patologías en nuestro organismo en un corto o lejano plazo.
El sistema Inmunológico es quizá, uno de los sistemas biológicos más complejos que posee nuestro cuerpo, pero que menos conocemos o distinguimos. Lo solemos asociar con las defensas, glóbulos blancos o en el imaginario de un microscópico ejército pretoriano en una interminable lucha por mantener en óptimas condiciones el organismo, atacado por virus, infecciones o agentes patógenos que ingresan al cuerpo y pueda causar daño de forma leve o moderada a nuestro bienestar y salud, o en el peor de los casos, la muerte.
No es una barrera infranqueable.
Hay factores que inciden directamente en el correcto funcionamiento del mismo, como la edad -siendo más susceptibles los extremos de la vida-, alimentación balanceada tanto en macro como micronutrientes, sedentarismo v.s. deporte, entre otros factores, explica Beltrán. Estos pueden ir desde una mala higiene o un descuido en los cuadros de vacunación hasta la ingesta excesiva de alcohol y el consumo de drogas.
Desbalance.
El consumo de estas sustancias puede ser la causante de contraer enfermedades infecto-contagiosas, pues hay una exposición a riesgos mayores como inyecciones intravenosas con agujas compartidas, sexo sin protección, entre otros factores así como el hacinamiento, lo cual puede propiciar la aparición de otras enfermedades sistémicas o locales.
Al no haber una conexión entre el sistema Nervioso Central y el cuerpo, el sistema inmunológico queda totalmente expuesto, ya que está presente en las células de todos los órganos y concentrado en algunos, como ganglios, timo, bazo, médula ósea, que trabajan en red.
Golpes emocionales.
Las hormonas son asociadas en muchos casos con “una baja en las defensas” hay quienes se mueren de pena moral porque les ganó la tuza, o que la carga laboral les destruyó los mantras; el más conocido de todos estos trastornos es el estrés: entendido como una condición de respuesta a diferentes eventos alrededor del individuo que causan en él, no solo una respuesta hormonal y transmisores que afectan el comportamiento en alimentación, sueño y la forma de alimentarse. Para estos casos se puede optar por realizar actividades físicas o sensoriales, como escuchar música o un buen masaje, ayudando a eliminar las tensiones.
Cómo fortalecerlo.
- Control médico periódico
- Vacunación oportuna
- Evitar fumar, beber o consumir drogas en exceso
- Cuidar los episodios agudos de cuadros virales
- Mantener las medidas preventivas en el cuidado personal (el no uso de barreras de protección cuando se está enfermo como: tapabocas, lavado de manos y el uso de gel antibacterial)
- Complementar una buena dieta con Vitaminas y minerales como:
- Vitamina C: reduce la duración y la severidad de las gripes y resfriados. La encontramos en frutas, verduras y hortalizas, como las fresas, el kiwi, cítricos, melón, pimiento, tomate y col.
- Vitamina A: contribuye a mantener las barreras naturales contra las infecciones (mucosas). La encontramos en hígado, mantequilla, nata, huevos, lácteos y algunas frutas como el albaricoque, cerezas, melón y melocotón.
- Vitamina E: aumenta la respuesta inmunológica. Presente en aceite de germen de trigo, de soja, cereales (pan, arroz, pasta integral…), aceite de oliva, vegetales de hoja verde y frutos secos.
- Otras vitaminas: tienen especial importancia las vitaminas del grupo B; tanto los alimentos de origen vegetal como animal son ricos en ella: carne, vísceras, pescado, marisco, huevos, cereales, legumbres, frutas, verduras de hoja verde, entre otros.
- Hierro: hígado, carne de res, pescado y huevos.
- Zinc y selenio: presentes en casi todos los grupos de alimentos.
La ingesta moderada de estas vitaminas, junto a una dieta balanceada, el ejercicio y un estilo de vida equilibrado, contribuyen al fortalecimiento del sistema inmunológico.
*Con la asesoría de Sandra Beltrán, infectóloga del Departamento de Infecciones de Colsánitas.
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