Lo peor de ser reina
-Noviembre 5, 2013
Ilustración
Muchas niñas han soñado con ser reinas alguna vez. Lo que no se imaginan es que las reglas de un reinado de belleza son una tortura mayor a un campo de concentración nazi.
Lo peor que puede pasar en el Reinado nacional de la belleza no es que el artista internacional invitado –que cuesta millones de pesos– salude al público con la frase “¡Buenas noches, Bolivia!” ni que a J Balvin y Las Ardillas se les dañe el autotune en la piscina del hotel. Tampoco que las reinas intenten responder a las geniales y profundas preguntas del jurado con “el hombre es el complemento de la mujer: hombre con hombre, mujer con mujer, del mismo modo en sentido contrario”. No. Nada de eso es tan horrible como las reglas absurdas para poder representar a un departamento en el mayor evento cultural de Colombia.
Aquí les presentamos algunas normas, tomadas del contrato que firman las participantes antes de irse para Cartagena:
1. Asistencia obligatoria a sitios como el Instituto Agustín Codazzi de Cartagena. El calor de la ciudad y el tema de conversación son perfectos para morir del tedio, pero las reinas no pueden parar de sonreír.
2. Las concursantes tienen que comer a escondidas para que los periodistas no les tomen foto con la cuchara en la boca. ¡Sería un horror! Nuestra humilde sugerencia es que no solo deberían cuidar lo que entra en sus bocas…
3. El parado tornillo, obligatorio en todas las fotos. Para los novatos en esto de los reinados, dícese de la incómoda posición de lado, mano en la cadera y mirada “medio bisné” en la que vemos a las reinas en cualquier foto por más espontánea que sea.
4. El uso de cintas doble faz para esconder gorditos y mantener el vestido de baño en su lugar. A Rainmundo se le arrugaría la guayabera nada más de ver a una “niña” con el traje arrugado en la entrepierna.
5. Sonrisa constante, palmas arrítmicas y baile sabrosón en los conciertos de Silvestre Nalgón, Pipe Malo, Ricardo Montañero, Andrés Babas o Funny Lu.
6. No capar pasada por el taller automotriz de Alfredo Embarraza para medir y determinar el tamaño máximo de la lentejuela que cada participante puede usar y el color de vestido más vomitivo que pueda encontrar. Una vez determinados estos trascendentales datos, cada reina debe usar obligatoriamente trajes con degradé, canutillos –lo que sea que son– y tacones puntilla de 40 centímetros, incluso para ir a la playa o para caminar por la ciudad amurallada.
7. Durante el concurso –y después, en caso de ser coronadas–, las candidatas y elegidas no pueden tomarse fotos solas o en grupo sin autorización previa de Rainmundo.
8. No dejar atrás a la policía personal –mejor conocida como chaperona– que les es asignada a cada una de las veintitantas representantes para vigilar que cumplan todas las reglas anteriormente señaladas. Además, para alejar cualquier tentación que el diablo les ponga en su virginal camino.
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