Ser vegetariano y no morir de hambre
Cada vez son más quienes toman la decisión de dejar la carne. Ante la sorpresa de la familia y los amigos, se explican: es más sano, es más consciente con el medio ambiente, es más compasivo con los animales. Pero como lo importante es que no sucumba al hambre y sea un vegetariano feliz, aquí van unas instrucciones que le ayudarán a dar este paso.
Que lo sepa todo el mundo
Y sí, lo van a cuestionar. Van a querer saber por qué lo está haciendo para contradecirlo. Le van a decir que no, que no es saludable y que no existe tal cosa como sufrimiento animal. Esto le va a pasar con todo tipo de personas; cercanas o no, para bien o para mal, todas van a opinar sobre lo que usted se lleva a la boca. Pero también va a encontrar quienes lo apoyen, o quienes tal vez se animen a seguir sus pasos. Y se sorprenderá de cuántos son y de cuánto se van a esforzar por ofrecerle algo sin carne en las comidas. Al final, lo importante es que tenga claro cuáles son sus razones y que sea fiel a ellas.
Consejo: evite entrar en discusiones y evangelizar a carnívoros convencidos. Nadie es mejor que nadie.
Adelántesele a su gente
Compartir la comida es todo un ritual social y ser vegetariano no debe dejarlo por fuera. Lo que tiene que hacer es ser más rápido que sus amigos y verá que puede terminar comiendo como un rey. Si el plan es cocinar, googlee recetas vegetarianas del tipo de comida que tenga en mente (siempre va a encontrar algo) y propóngalas antes de que alguien más lo haga. Si sus amigos son muy carnívoros, busque recetas en las que la variante vegetariana sea muy fácil de hacer para que todos queden felices. Es más, las posibilidades de un asado son infinitas si usted no come carne.
Ahora, si el plan es salir a un lugar a comer, también puede adelantarse. Vaya tomando nota de los restaurantes en los que hay más opciones vegetarianas que una ensalada que aparece en los acompañamientos. Porque si se despista, seguro le va a pasar que pregunte por los platos sin carne y le muestren los que tienen pollo o pescado. En todo caso, cada vez son más los lugares que ofrecen varios platos sin animales.
Consejo: no descarte invitar a sus amigos a comer vegetariano; puede que los convenza de lo buena que es la comida sin animales.
Métase en la cocina
Juegue. Experimente. La cocina, con sus cuchillos y ollas de agua hirviendo, es mucho menos intimidante de lo que parece. Empiece por lo básico, y no dude en llamar a su mamá, a su tía o al amigo que siempre le cocina para preguntarle qué hacer para que los fríjoles espesen. Sepa que va a fracasar un par de veces pero no se desanime: poco resulta más gratificante que ver a alguien que le gusta lo que usted preparó. También sepa que la mayoría de platos carnívoros tienen una versión vegetariana.
Consejo: si está corto de ideas, métase a mi blog: irisveg.wordpress.com
Cómase todos los colores del arcoíris
Este es un consejo que me dio Zarah Kravitz, de Yogatrition, y que me parece que de muchas formas soluciona aquello de no desnutrirse, que es a lo que le tiene más miedo la gente carnívora. Las vitaminas vienen por colores en la comida, y si procura comerse todos los colores que pueda, ya tendrá cubierta la mayor parte de su nutrición. Piense que ser vegetariano está lejos de privarlo de comida; todo lo contrario: le va abrir un mundo de posibilidades que el ACPM colombiano (arroz, carne, papa y maduro) no le había mostrado.
Consejo: compre las frutas y verduras en plazas de mercado o tiendas de barrio.
Así se evita comer durante una semana lo mismo –ya que la cadena de supermercados vende por kilos–, o gastarse una millonada en verduras que probablemente terminarán oliendo a feo dentro de su nevera.
Nueces y granos, muchas nueces, muchos granos
Una de las razones por las que la gente duda de ser vegetariana es la proteína. Pero hay dos cosas que no saben. Una: comer carne tres veces al día significa comer muchísima más proteína de la que necesitamos. Dos: hay mil formas de comer proteína que no sea animal. Pasemos rápido por el tofu que, a pesar de tener mucha proteína, no cuenta con tantos fans. Por eso están las nueces y los granos, tan ricos y tan variados que le prometo que no se va a aburrir. Si mezcla los granos con un cereal (arroz, maíz, pan integral) va a tener igual o más proteína que con la carne. Puede convertir a las lentejas en una hamburguesa y a los garbanzos en humus. Si de onces escoge nueces de Brasil, almendras, pistachos o maní, va a estar comiendo proteína y una muy rica. Tampoco se le olvide que cuando Popeye comía espinaca se volvía fornido, ni que en Colombia hay una gran diversidad de superalimentos, como la quinua, el amaranto, la maca, la chía y el kale (una versión crespa de la espinaca).
Consejo: Muchos se abstienen de comer granos porque (no se rían) les producen pedos. Esto es fácil de evitar. Cuando los vaya a cocinar, no use el agua en la que los dejó en remojo durante la noche –o el día, o el tiempo que le haya recomendado su mamá al teléfono–. Si bien pierden algunas de sus propiedades, no dejan de ser muy nutritivos.
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