Álbumes que hicieron los noventa
Los noventa son uno de los grandes momentos de la música, que sin lugar a dudas dejó gran influencia en lo que suena hoy. Hubo grandes discos que hicieron de su sonido lo que es, y que creemos que merecen ser escuchados una y otra vez.
Para muchos, la década del noventa fue el último gran momento de la música. Entonces todavía se vivían fenómenos como prestarse discos, grabar videos en un VHS, hacer recopilaciones en casetes… Fue un hito, marcó generaciones, nos dejó influencias musicales, narrativas y audiovisuales; fue también el momento en el que muchos artistas crearon sus más grandes obras e influenciaron a toda una generación; mejor dicho, creemos que los siguientes discos son responsables de la música actual. Aquí hay algunas obras maestras, de esas que fueron reconocidas y vendieron, y otras que fueron grandes pero que en su momento no contaron con tanta acogida. Le recomendamos que escuche los discos completos para que compruebe la experiencia que no brinda una sola canción (por asuntos de derechos, dejamos un sencillo por álbum).
LOS QUE NO PEGARON
Dynamo, Soda Stereo (1992)
Probablemente el álbum menos famoso de Soda pero el más visionario. Venían de un rock totalmente atractivo en Canción Animal y en el 92 se reinventaron con una bomba de sintetizadores, samplers, algo de ruido y el toque especial de los argentinos. Soda se adelantó a lo que pasaba musicalmente en Latinoamérica, y a pesar de no ser tan bien recibido comercialmente y de que aún se desconozcan varias de sus canciones, Dynamo es una obra exquisita de principio a fin: experimental, de culto y muy influyente para bandas y músicos que hoy suenan así, como Zoé, por poner un solo ejemplo. Goza también de un atributo enriquecedor: la bella portada que acompaña a sus sonidos.
Moon Safari, AIR (1998)
El segundo álbum de estudio del dúo francés contiene melodías en las que predominaran los teclados, beats y los sonidos dulces, significó su salto al mercado internacional y aún hoy marca la pauta de la mayoría del pop que escuchamos. Con Moon Safari brindaron al mundo esta obra electrónica de ambient y downtempo, delicada y efervescente, que perfectamente puede ser incluida en la banda sonora de una película o de la vida de cualquier turista lunar. En resumen, es tremendo y si a usted le gusta Daft Punk o la gran fórmula de la electrónica francesa, le recomendamos que se dé un safari en la luna con este álbum.
Angel Dust, Faith No More (1992)
Cargado de varios problemas internos y mucha suciedad, el cuarto álbum de estudio de Faith No More –el segundo con Patton en la voz y el último con Jim Martin en la guitarra– cambió el cómo la gente recibía y producía el metal en los noventa. Con este trabajo se definió el camino de bandas como KoRn, Incubus o System Of A Down, con una mezcla de funk, voces polifacéticas, teclados y baladas que marcaron un estilo que estaría presente durante toda la década. Se trata de un disco para reafirmar que el metal no se trata únicamente de gritos.
Rid of Me PJ Harvey (1993)
Polly Jean Harvey se mueve por altos y bajos, entra susurrando, dando un breve vistazo de lo que vendrá, para luego explotar con un golpe de post punk, letras sutilmente escritas y sonidos rudos que no pierden la belleza de esta gran mujer. Un disco en colaboración John Parish y Mick Harvey que aportó música agresiva y sucia, con la poderosa voz que logra transmitir la esencia del rock femenino que hoy escuchamos en proyectos como St. Vincent o Savages. Escúchelo y comprenderá de lo que hablamos.
Heaven or Las Vegas, Cocteau Twins (1990)
Una de las bandas que definió lo que algunos llaman dream pop, usó una fórmula perfecta con la dulce voz de Elizabeth Fraser, las texturas y formas de la guitarra de Robin Guthriey los aportes lúcidos de Simon Raymonde. La suya es una influencia total en el shoegaze, con un álbum para suspirar, lleno de sintetizadores que generan una atmosfera celestial que, por lo menos, genera una tranquilidad exquisita, enigmática e hipnótica. Una obra de culto y admiración que claramente marcó el camino de bandas como Beach House y M83.
Southern Star, Sidestepper (1997)
En Colombia también estaban pasando grandes cosas en los noventa, y tal vez un sonido que no ha tenido tanto reconocimiento –como otros en el país– es el creado por Sidestepper. La música caribe colombiana, la electrónica y el drum and bass se fusionaron con maestría en este álbum. Aquí se abrió el camino para Bomba Estéreo, Pernett, Systema Solar, Quantic y hasta Aterciopelados. Alimentándose de beats y ruidos de las calles, de la gente, Richard Blair rescató los sonidos folclóricos y se armó este experimento tropical y discotequero.
LOS QUE PEGARON
OK Computer, Radiohead (1997)
No por nada, este es considerado uno de los grandes discos de todos los tiempos. Adelantados a la época, también dividió a la década del noventa en dos, innovando y redireccionando el sonido que vendría en muchos de los frentes del rock y hoy es evidente en proyectos como Muse o Coldplay. Además vendió por lo menos cinco millones de copias en el mundo y montó a Radiohead en el Olimpo de las mejores bandas del mundo. Si no lo ha hecho, escúchelo de principio a fin, seguro cambiará su manera de percibir la música.
Odelay, Beck (1996)
Es innegable que Beck es uno de los grandes artistas de nuestros días y en este disco lo deja claro. Pronunciado como “órale”, en este collage hay sonidos que parecen de autómatas a los que les gusta el folk, el ruido, el country, el electro, el garaje, el rap… Beck cambió los moldes, lo que estábamos acostumbrados a escuchar y el panorama se vio afectado cuando llegó él con esta bomba. A su manera, su música cambiaría el mundo y hoy siguen orbitando a su alrededor bandas como TV On The Radio o LCD Soundsystem. Odelay es atemporal, experimental y psicodélico.
Dummy, Portishead (1994)
Junto con Massive Attack, Portishead brindó una revolución llamada trip hop: en momentos su música parece rasgada, sacada de las entrañas de cada uno de sus integrantes, con una cierta agresividad robada del hip hop y elementos misteriosos de bandas sonoras. La voz de Beth Gibbons nos manda a navegar en un mundo taciturno, dulce pero desgarrador. Esos beats abrirían paso a un nuevo milenio con bandas como Gorillaz o CocoRosie. Dummy es clave para el progreso de la música actual.
In Utero, Nirvana (1994)
Después del éxito de Nevermind, parecía que Nirvana no podría llegar más lejos. Viviendo un ánimo más extraño la banda grabó estos sonidos estridentes, con letras que salen desde los momentos y lugares más profundos, lo que marca su relevancia en la cultura musical por encima de su infinito impacto comercial. Muchas de las cosas que suenan en este álbum convirtieron en leyenda a la banda. Este es un álbum poderoso, emotivo, salvaje y tan influyente que casi nadie se atreve a decir que tiene algo de Nirvana en su ADN.
(What´s The Story) Morning Glory, Oasis (1995)
En medio de la pérdida musical por la que pasaba el mundo tras el suicidio de Kurt Cobain, empezó la búsqueda por un sonido que definiera una generación y Oasis fue una de las bandas indicadas para ello. Este álbum, cargado de baladas cautivantes y letras poderosas, reúne canciones que se convirtieron en himnos, casi como si se tratara de un “grandes éxitos”. Este es un disco totalmente significativo en el rock alternativo, (What´s The Story) Morning Glory fue el mayor golpe comercial de la banda y les brindó la posibilidad de convertirse en un fenómeno atemporal.
Por supuesto, esta lista es muy corta. Demasiado. Si usted considera que debemos incluir algún álbum más, no dude en hacer la sugerencia, bienvenida será y nos influenciará para una nueva versión.
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