Pasar al contenido principal

 

Escribe más de 3 caracteres

Trazos de Mocoa

Trazos de Mocoa

Fotografía
Los niños de Mocoa dibujan para pasar los días. Los adultos, los que quedan, hacen filas o hablan de Donald Trump y Venezuela para evadir sus propias penas. Una voz anónima cuenta cómo se vivió ese momento exacto en el que el agua arrasó con todo. Esta crónica retrata una Mocoa una semana después de la tragedia del pasado marzo.

separador

MOCOA7

I

L

a vegetación domina todo el campo visual que cubre el ancho ventanal del autobús en el que rodamos hacia Mocoa, capital del Putumayo. Hay prados, montañas, rocas, riachuelos y nubes bajas. De tanto en tanto aparecen pequeñas casas, en su mayoría de madera y techos de zinc, con flores y objetos regados a la entrada: juguetes y herramientas comidos por el tiempo, y también alambrados y animales como lanzados desde el cielo para salpicar el verde de la grama y los árboles, que a esta hora, siete de la mañana, brillan de forma intensa gracias al sol que comienza a subir.

A medida que nos acercamos al municipio de esta catástrofe reciente, producida por las lluvias y la crecida de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyayo el 31 de marzo de 2017, asoman colegios, estaciones de gasolina, restaurantes desvencijados, iglesias diminutas. El monte a cada lado y el vacío. La carretera de siempre. Estamos a una hora y media de la ciudad y vamos a trabajar con madres y niños que, hace apenas una semana, perdieron más de lo que se puede describir con palabras por culpa de esta misma naturaleza que ahora parece bendecir la mirada y arroparla con delicadeza.

Los primeros rasgos del desastre, en la vía perimetral hacia Mocoa y antes de llegar al lugar más afectado, son el barro y las piedras y la madera hecha pedazos. Se intercalan zonas y construcciones en buen estado con espacios cubiertos por los restos del derrumbe: cementerios de troncos y ramas, montones de rocas de gran tamaño. A lo lejos, tenue, el rumor de las aguas de los ríos y quebradas.

MOCOA20

En plena entrada a la ciudad, junto a las vigas, placas, estructuras de acero, volquetas y grúas, hay efectivos y funcionarios uniformados levantando un puente de acero enclavado en enormes bloques de cemento fresco, muy cerca de la estación de servicio La Reserva.

Aquí se derrumbó un lote grandísimo que dejó taponada la quebrada. Pa’llá se había hecho una laguna y eso el agua brillaba así. Hasta que acumuló toda esa agua y cuando ya se llenó, esa agüita fue la que nos avisó, la que se pasó por encima. Porque primero estaba la luz, clarito, así, y el agua nos daba a las rodillas a nosotros y era clarita. Después, a lo que bajó un agua como mugrosa, ahí era yo el que le decía a los hijos: “¡Muévanse, muévanse, que nos vamos a ahogar!”. Y mi hijo me dijo: “¡Nah, esa es una creciente más!”. Y fue cuando sí le dije al hijo: “Le voy a soltar el perro”, y fui y solté el perro y cuando yo miré que ahí en ese momento pasó eso y la casa la tumbó y ellos se quedaron adentro. Se quedaron cuatro... Uno dice que se alcanzó a salvar, dice que lo rodeó un palo de este lado y otro de este y que se fue en los palos. ¡Y hágale pa’bajo! Y eso dice que lo subió por encima de esas casas de tres pisos y que los mandaba a todos pa’bajo.

separadorII

En Mocoa la gente hace filas, distintas filas. Para ponerse vacunas y recibir donativos y anotar los nombres de sus familiares desaparecidos, o para apuntarse a la esperanza de recibir una nueva casa. Una casita, suelen decir. Cuando se refieren a lo que perdieron entre corrientes de lodo y rocas y árboles desencajados de raíz, por lo general, estas víctimas usan diminutivos. Hay muchas viviendas en perfecto estado, que no sufrieron ningún daño. Hay comercios abiertos porque siempre, después de la muerte, la vida sigue: peluquerías, tiendas de mascotas, de venta de ropa o comidas, de servicios en general. Hay gente que compra, gente que está destrozada y gente que está impactada pero casi intacta.

En las calles son visibles las cajas y bolsas de colores con materiales y alimentos que llegan de todas partes del país. Por estos días, estas mismas calles y aceras están cubiertas por una capa de polvo de tierra: el aire es de un marrón puntillista; dependiendo del lugar por el que se camine hay que entrecerrar los ojos. Muchas personas usan tapabocas. Ruedan muchas motos y tractores que remueven escombros, camionetas con guayas, camionetas con ayudas, camionetas de la Cruz Roja, camionetas de los organismos oficiales del Estado. En casi cada esquina hay policías y militares. Y más motos y más camionetas. Eventualmente se ve a los bomberos descargar agua de las mangueras de un camión para llenar tanques, baldes de plástico, porque luego de la tragedia el municipio se quedó sin agua. También sin luz. Hay oenegés, muchas. Y líderes comunitarios. Y líderes indígenas. Y más motos. Son la solidaridad y el dolor mezclando sus intenciones.

MOCOA17

Ah, y cuando yo me quedé así, porque ya pa’llá no podíamos, pa’cá tampoco, pa’ ningún lado, ahí toca esperar: si era pa’ morir, se moría; y si era pa’ quedar, se quedaba. Entonces, cuando yo me paré en una esquina, en una casa de material, y mi mujer estaba ahí, le digo: “¡No se vayan a meter adentro!”. Y entonces ellas peleaban para que yo me metiera adentro con ellas, les dije que no, porque la casa se puede romper y se llena de barro y se muere ahogado uno. Y me quedé yo parado afuera y ellas se metieron a la casa. Gracias a Dios que no se reventó esa casa. Y ya cuando miré que arriba, más arriba, había unas casitas de techos más bajitos, como esas así, y hacían chin, chin, chin, y yo dije: “¿Y eso qué es?”. Y cuando miro venían puro barro y madera, unos palos de punta, y yo me escondí detrás de la casa cuando eso, zas, pasó por arriba, y cuando yo fui a ver, así había una piedra, así de grande, y ahí mismo la avalancha esa dejó a una señora. Pero yo no sabía todavía que era una señora porque estaba toda tapada de barro. Yo pensaba que era una marrana.

separadorIII

—Ahora nadie quiere arrendar cuando hay niños entre los afectados, y tampoco le quieren arrendar al gobierno porque dicen que paga tarde —dice Martha Oyola Olayo, una de las líderes locales del Putumayo. Tiene un trabajo encomiable y un espíritu de lucha detrás de una sonrisa amplia y constante, además de veinte años de labor con la Defensa Civil.

Martha es quien nos recibe para guiarnos entre los albergues para trabajar con los niños a partir del juego. En eso la Fundación Taller de Arte para el Aprendizaje y el Pensamiento (TAAP), dirigida por Gabriela Arenas y Carlos Meneses, tiene un papel clave. Gracias a ellos estoy aquí en Mocoa, para apoyarlos en sus encuentros con los niños. Nos acompaña un grupo de emprendedores: una economista, un fotógrafo que es educador, dos administradores que son empresarios y comunicadores, un filósofo que es carpintero y tiene una fundación propia, una educadora con vocación de ayuda humanitaria. Pura gente que cree.

MOCOA18

Arenas y Meneses se reparten las responsabilidades y coordenadas y van con su equipo de apoyo de un albergue a otro hablando con madres, con líderes comunitarios, personal de apoyo. También pintan con los niños, niños que abandonan el silencio, el ensimismamiento o el miedo para decir sus nombres y colores favoritos.

Uno de los primeros ejercicios ideados por Meneses, que es un artista plástico de talante apaciguado y mirada fija, es un dibujo colectivo: pinceles en mano, cada niño debe hacer una forma y el otro la sigue, la complementa.

—¿Quién no entendió? —pregunta entre chistes simples, y repite las indicaciones.

Y ahí van los trazos de una mano a la otra, en medio del orden que rompen los niños, que se equivocan y se entretienen y se cambian de piel, se meten en sus dibujos, pintan sus temores, sus ideas, sus abstracciones, sus sueños, observan los de otros. Un brochazo. Un pincelazo. Un dedazo dulce pintado de lo que hay. Caritas felices, manchones, soles, nubes, ríos, peces. Al final, sobre cada hoja, una lluvia de colores. Y el mensaje, antes de nuevos juegos y experimentos visuales:

—¿Vieron? Estos dibujos los pintamos entre todos. Si trabajamos en equipo, podemos lograr lo que queramos.

MOCOA15

Y yo la miraba a esa señora que se movía así, así, y pensaba que era una marrana que se estaba sacudiendo. Cuando miré que era una persona me pegué la carrera. Pero yo pensé que era agua, como las primeras, y no, era un barro espeso que me daba hasta la cintura, y cuando yo fui y la agarré la jalé y con todo ese barrial salió suavecito. Yo la saqué adonde yo estaba y le dije: “¡Estese ahí quietica, no se vaya a mover!”, y sería que me escuchaba o no, sino que yo la miré y ella hizo así, y sería arena o sería espuma pero algo blanco botó por la boca. Y así teníamos también a una niña colgada de una ventana, y ella sí no se bajó hasta que no pasó todo, pero la señora que yo saqué del barro se escapó y se fue. Yo me fui adonde mi señora y le dije: “Pero esa señora cómo estando ya en lo seco se fue y se tiró otra vez al río”.

separadorIV

En Mocoa y sus alrededores hay casi una decena de albergues, entre oficiales y alternativos. Algunos son administrados por la Policía Nacional, otros por el Ejército, otros por los propios líderes comunitarios o indígenas. Se han instalado en instituciones educativas o en casas comunales. La organización y las ayudas no son idénticas, uniformes, estandarizadas, porque hay personas que perdieron familiares, pero tienen casa; personas que perdieron su casa, pero tienen a su familia viva; personas que tienen casa y familia, pero están incomunicados porque la única vía de acceso a sus hogares quedó tapiada o porque se cayó un puente; personas que perdieron todo. Y también —porque de todo hay cuando hay de todo— personas que no perdieron nada, salvo la honestidad y la decencia o un poco de su dignidad, y por eso se atreven a hacerse pasar por víctimas para recibir donaciones.

MOCOA5

En los albergues que coordinan las instituciones oficiales, por lo general los más espaciosos, hay listas con nombres de cada damnificado. Hay carteles con fotos de niños desaparecidos. Apenas ocho días después de la tragedia, hay un intento de organización notable, pero sabemos que intentar no siempre es lograrlo.

Uno de esos albergues está en el coliseo del Instituto Tecnológico del Putumayo, tapizado por unas ciento cincuenta carpas de color verde, en las que los los adultos duermen sus penas y recuerdos recientes, y donde los niños tienen un parque con techo. Cuando llegamos allí, la tarde del sábado siguiente a la tragedia, hay integrantes de por lo menos cinco organizaciones aparte de TAAP: el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, la corporación social y católica El Minuto de Dios, misioneros de la Fundación Los Valientes de David, la Asociación de Voluntarios para el Servicio Social (Avoss), representantes del Ministerio de Cultura, ciudadanos organizados sin siglas... La presencia de tantas personas queriendo tender una mano vuelve compleja la posibilidad de articular mensajes claros y concisos en un espacio que cuenta con al menos un centenar de niños.

MOCOA3

Allí intenta Carlos Meneses repetir el ejercicio que ha hecho con los chicos de otros dos albergues en la mañana, pero en este lugar la dispersión es mayor. Su voz se pierde en el aire. Unos niños lloran, otros corren, otros son atendidos en círculos más pequeños; algunos, meticulosos, dibujan como si fueran cirujanos de corazón; otros escogen manchar la hoja entera, llenarla de un color oscuro como el lodo, borronear los pincelazos que reciben de ese dibujo colectivo, pero al final todos pintan o se pintan. Conversan. Se miran. Todos juegan, firman con témperas en sus dedos, manchan las palmas de sus manos y las untan sobre el papel, muchos piden más hojas blancas, se concentran a ratos y se distraen con ellos mismos y con su propia diversión. En paralelo, por iniciativa de Gabriela Arenas, la líder de TAAP, las madres dibujan sus sueños. Una de ellas no está pintando. Llora en silencio alejada de todos los grupos.

A unos cincuenta metros, en la zona donde están ubicadas las ciento cincuenta carpas verdes, se forman pasillos, y por ellos caminan los adultos en silencio, mirando los pocos enseres que hay por allí: cunas, colchonetas con sábanas, sillas plásticas. Aún llegan personas de otros albergues para ser reubicadas. Una de ellas es Marlene, quien se queja de la asistencia: relata que la ropa que han recibido no siempre está en buen estado y la comida es irregular:

—Yo perdí mi casita, se me fueron todas mis cositas, todas, pero al menos los niños están bien atendidos —dice. Sus ojos son dos lagunas contenidas.

MOCOA1

Hacia la entrada del albergue, sobre una pequeña planta eléctrica, hay enchufes para cargar la batería de los celulares: unos treinta aparatos con sus cables cruzados están puestos allí. Al lado hay un punto de información y un centro de atención médica primaria.

Un funcionario de la Agencia Nacional de Infraestructura, que pide mantener su anonimato, me dice que las ayudas están mal distribuidas. Responsabiliza a las autoridades de la Gobernación y denuncia que ha habido muchas irregularidades, que ellos represan las contribuciones y las manejan de manera turbia. Incluso, afirma que en su propio barrio, llamado El Líbano, desalojaron a los habitantes de sus casas por precaución y la comunidad se ha refugiado en una caseta, pero casi no han recibido los donativos que él, por su trabajo, sabe que sí existen.

Un par de hombres sentados en la entrada de su carpa escuchan noticias desde un radio con pilas y comentan sobre la situación de Venezuela y sobre el bombardeo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a una base militar en Siria. Ellos, que son en este momento la noticia más importante de su país, escogen olvidarse de sí mismos por instantes para hablar con crítica preocupación sobre lugares lejanos, sobre circunstancias ajenas.

MOCOA10

Un efectivo local de la Cruz Roja me dice después que “por encimita nos habían dicho que en esos pueblos, los más afectados, vivían unos tres mil habitantes. Hay más de trescientos muertos y unos quinientos reportados como desaparecidos. En la zona de San Miguel se estima que el nivel del lodo alcanzó entre tres y cuatro metros, y han encontrado partes de cuerpos y rocas del tamaño de una casa”. En otro momento, Alex, un hombre joven que nos acompaña en uno de los trayectos, cuenta que su prima vivía ahí, en esa casa que ya no se ve, en ese espacio vacío. Sobre ese montón de rocas. Señala a la nada. No murió, salió justo antes de la inundación, pero vio cómo el río se lo llevó todo.

Y cuando nos quedamos así en silencio, yo dije: “¡Esto ya no fue más!”. El caserío estaba ahí todavía. A esas casas de material no les hizo nada el agua, pero abajo había gente que gritaba “¡auxilio, auxilio!”, eso decían. Y de repente, cuando yo miré una cosa negra allá arriba que venía y eso fue pum, pum, pum, pum, pegué un grito, venía así como pa’donde nosotros, cuando yo pegué el grito esa cosa dio un giro y se fue y agarró las casas de nosotros, las de la gente de ahí, las acabó todas todas y se fue por ahí pa’bajo. Llegó al barrio Los Laureles y lo acabó todo, a San Miguel y lo acabó todo. Y de ahí sí, esa fue la última. Pero yo miraba esas piedras como busetas que bajaban para la terminal.

separadorV

El clima de este Domingo de Ramos es benigno. Un gran número de personas asiste a la iglesia. En una de las aceras de los márgenes de la plaza del mercado popular, todavía lleno de lodo y con varias de sus paredes hechas pedazos por la crecida del río, hoy se ofrecen legumbres, verduras, frutas y tubérculos bajo un sol de las nueve de la mañana que parece más bien el mediodía de un verano atroz.

MOCOA22

Muchas mujeres hacen fila para visitar a sus familiares en la cárcel, que sufrió daños parciales. Cuando pasamos frente a la prisión, una de las aliadas de TAAP me cuenta, cabizbaja, que a un preso le permitieron salir para que asistiera al entierro de sus familiares, quienes murieron durante la tragedia. Lo peor, me dice, es que el hombre es inocente. Cuando le pregunto cómo lo sabe, me responde que eso fue lo que le dijo a ella su abogada defensora.

Camionetas blancas van y vienen por las calles de tierra, nosotros nos desplazamos siempre gracias a la colaboración desinteresada de gente desconocida. Hay por todas partes un aire de esperanza, de trabajo comunitario, de ganas. Se notan la reconstrucción, los apoyos, las contribuciones, las ayudas: leches o fórmulas lácteas, agua y bebidas con electrolitos, pañales y papel higiénico, arroz, aceite, lentejas, harina de maíz, ropa, frutas...

Este día iremos al albergue de Campucana y San Martín, dos comunidades que terminaron afectadas por la interrupción de sus vías, aunque las casas quedaron en buen estado. Luis Juansosoy, guardia indígena del Putumayo, me comenta, mientras miramos los destrozos a lo largo de la carretera, que esto era previsible, que ellos, los indígenas, lo habían alertado, que habían convocado a varias marchas y le habían dicho a las autoridades que respetaran a la Pacha Mama, que no construyeran de esa manera: “Cuando la naturaleza se manifiesta...”, dice, y deja la reflexión suspendida en el silencio.

MOCOA11

En Campucana hay quince niños sentados en círculo. Esta vez la dinámica incluye plastilinas además de témperas y papel. Los adultos, en su mayoría mujeres, se integran a la actividad. Hacen formas. Todos ríen entre los retos de construcción de figuras geométricas simples, formas de la naturaleza o de la intervención humana. Moldean árboles con sus manos, carros pequeños y coloridos. Una olla, un tenedor y un cuchillo, un helicóptero, una moto. O un animal... Las mujeres escogen puerco, pescado, pollo, pájaro picón. Los niños pingüino, gusano, caracol, tigre, gato, pato, elefante, mariposa…

Más arriba hay otro albergue: el de San Antonio. Se trata de una escuela pública. Allí están una Misión Médica del Estado, gente de la Secretaría Departamental de la Gobernación de Putumayo, y algunas psicólogas de Médicos Sin Fronteras. Las personas son atendidas en una especie de galpón abierto, de cemento con techo de zinc, y en una cancha de usos múltiples. Una asistente psicológica de Médicos sin Fronteras atiende a un pequeño grupo de adultos y adolescentes.

—Estamos tristes por la pérdida de muchos compañeritos —dice uno de ellos.

—Tenemos mucho dolor. Aquí, aquí, en esta zona —dice Zoila, una de las mujeres del grupo, y se toca el pecho.

Otra señora completa:

—A unos nos afectó mucho y a otros no tanto. Tenemos vecinos que han perdido a sus niños, a sus tíos.

Sebastián, un hombre mayor, de gorra y gafas, baja la mirada y dice en voz muy muy baja:

—Se perdieron nuestras cositas... no puedo hablar, me dan ganas de llorar —y entonces llora, le caen lágrimas. A su lado una chica le soba el brazo.

Cuando la psicóloga les pregunta qué cosa los ha hecho sentir mejor, el hombre que llora salta de inmediato:

—Agradecer a Dios porque estamos bien —dice.

Lo mismo Zoila, quien también agradece el apoyo de sus familias. En este albergue todos se refugian, dicen, en la oración. Se rotan para cocinar y agradecen la ayuda externa porque, afirman casi en coro: “No nos han desamparado”.

MOCOA23

Entonces comienza a llover.

Era una cosa triste ver cómo la gente gritaba nomás de pa’bajo, porque se les mandó agua por aquí, agua por allá, y los cogió al medio. Y eso sí, la gente que la cogía el agua se iba. Se salvó mucha gente porque la gritazón fue mucha. Yo digo que la gente escuchó los gritos y la gente aturdida corría de pa’bajo donde estaba la avalancha. Eso fue aquí en el barrio Altos del Bosque. Nosotros vivíamos ahí. Ya estábamos acostándonos cuando miramos eso. Nosotros nos volamos, pero mi hijo sí no creyó y dijo: “¡Esa es una creciente más!”, y se quedó en la casa. Ya iba a salir, pero despacio, y entonces no alcanzó. Se murieron. Tres se nos murieron. Tengo una nietica de tres añitos y ella ahora, cuando oye harta gente, se tira al piso o sale volada; se salvó, pero quedó como traumatizada.

Al escuchar el testimonio de este señor que ha quedado con vida pero sin casa y sin uno de sus hijos, de este señor anónimo que ha decidido marcharse del municipio y habla con la mirada perdida, que se estremece y se ausenta por segundos; al ver los dibujos colectivos de los niños que son atendidos por organizaciones que se preocupan por su recreación y su cuidado, por su entretenimiento y sus capacidades creativas; sobre todo al reconocer las formas de una alegría que se reinventa, que renace o resucita en los rostros de estos pequeños en medio de escombros y derrumbes, me vuelve a la mente aquella frase del guardia indígena, aquella frase del tamaño de una montaña que cae como piedra, aquella frase que no cierra y que, en medio de una reflexión que parte del silencio, queda suspendida en tres puntos suspensivos: cuando la naturaleza se manifiesta...separador

Leo Felipe Campos

Colaborador

Nació en San Félix, Venezuela, en 1979. En su país fue fundador y editor de la revista cultural plátanoverde, la revista de literatura 2021 Pura Ficción y el portal de noticias y opinión Contrapunto.com. Ha sido publicado en siete antologías: una de poesía, tres de cuentos y otras tres de crónicas periodísticas. Actualmente vive en Colombia y trabaja a destajo como periodista para las revistas Donjuan y Bienestar, y como editor y corrector de estilo del Grupo Editorial Planeta. Es autor de los libros de relatos El famoso caso de las cartas de Lucas Meneses (2009) y Sexo en mi pueblo (2009).

  AUTORSEPARADOR  AUTORTW  AUTORSEPARADOR

Colaborador

Nació en San Félix, Venezuela, en 1979. En su país fue fundador y editor de la revista cultural plátanoverde, la revista de literatura 2021 Pura Ficción y el portal de noticias y opinión Contrapunto.com. Ha sido publicado en siete antologías: una de poesía, tres de cuentos y otras tres de crónicas periodísticas. Actualmente vive en Colombia y trabaja a destajo como periodista para las revistas Donjuan y Bienestar, y como editor y corrector de estilo del Grupo Editorial Planeta. Es autor de los libros de relatos El famoso caso de las cartas de Lucas Meneses (2009) y Sexo en mi pueblo (2009).

  AUTORSEPARADOR  AUTORTW  AUTORSEPARADOR

Cultura Pop
Le puede interesar

Tierra que se destaca por la ternura y sonoridad de sus palabras, invitamos a Caroca a ilustrar algunas de nuestras favoritas. ¿Ya las conocía?
Carolina Cardona (Caroca)
Carolina Cardona (Caroca)
-Octubre/04/2024
Desde Pereira, Cali, Medellín y Bogotá, estas muestras de arte y espectáculos son los recomendados de Bacánika para que se programe para un mes cargado.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/03/2024
¡Aliste ese portafolio y datos personales! Ya llegó nuestro listado mensual de convocatorias para creativos, ilustradores, fotógrafas y artistas.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/02/2024
25 obras fueron seleccionadas por el curador Elías Doria y 5 puestas en lista de espera para hacer parte de la exposición. ¡Felicidades a los seleccionados!
Bacanika
Bacánika
-Octubre/01/2024
Su pinta de hoy tuvo origen en la clase trabajadora: esa historia está manchada tanto con tintes de colonialismo y racismo, como de rebelión y cultura pop.
Adela Cardona
-Septiembre/30/2024
Invitamos a Luto a ilustrarnos algunos de los más famosos apocalipsis que seguimos esperando mientras se termina la jornada para irnos del trabajo.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/26/2024
Aunque son una compañía cada vez más popular, son pocos los que conocen las plantas que tienen en casa. Aquí se las presentamos para que las pueda cuidar.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Septiembre/26/2024
¿Sirve para algo el estilo ajeno? ¿El estilo ajeno o propio es algo más que un invento del arte moderno? Artistas, curadores y académicos nos cuentan.
Soraya Yamhure Jesurun
Soraya Yamhure Jesurun
-Septiembre/24/2024
Si está en Bogotá desde el 30 de septiembre la Fundación Universitaria Los Libertadores trae varios imperdibles para diseñadores, cinéfilos y periodistas.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/23/2024
31 Minutos trascendió la pantalla y dejó una huella imborrable en quienes los siguieron. Una de nuestras periodistas les escribe aquí una carta de amor.
Valeria Herrera Oliveros
Valeria Herrera Oliveros
-Septiembre/23/2024
Una Reina del Drama nos ilustra este catálogo de momentos en los que fue perfectamente ridículo adelantarnos tanto o leer tan mal el contexto.
Una reina del drama
-Septiembre/20/2024
Pronunciamiento oficial del equipo de Bacánika a las reacciones suscitadas por el anuncio de los ganadores de este año.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/20/2024
¿Podría reconocer una potencial pareja en una conversación de 5 minutos con alguien que nunca ha visto? El autor de esta crónica nos cuenta cómo le fue.
John William Archbold
John William Archbold
-Septiembre/18/2024
Si lo cogió la noche sin ideas mientras llega el Día del Amor y la Amistad, no se preocupe: aquí le tenemos más de 20 planes entre Bogotá, Cali y Medellín.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/17/2024
La moda puede hacernos sentir más cómodos dentro de nuestra propia piel. Este diseñador chiquinquireño ha dedicado sus habilidades a traer a la realidad los sueños y personajes que muchas drag queens llevan a su estudio. Aquí una mirada a su trabajo y visión.
Laura Daniela Soto Patiño
Laura Daniela Soto Patiño
-Septiembre/16/2024
¡Ojo pues! Le traemos convocatorias dirigidas a artistas, fotógrafos/as, realizadores audiovisuales, cineastas, estudiantes y periodistas para que se postule.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/16/2024
¿Por qué es tan fácil tragarse de quien no nos dará ni la hora? Son las insidiosas canciones del gran Juan Luis Guerra: aquí sus mejores versos ilustrados.
Laura Daniela Soto Patiño
Laura Daniela Soto Patiño
-Septiembre/13/2024
¡Ya tenemos los 80 seleccionados que harán parte de la muestra del Salón Visual Bacánika 2024 en la Bodega/Comfama de Medellín! Consulte la lista aquí.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/12/2024
Vivir con Síndrome de Ovario Poliquístico es mucho más que no menstruar todos los meses. La autora nos cuenta su experiencia de la mano de una experta.
María Alejandra Argel Guerra
María Alejandra Argel Guerra
-Septiembre/12/2024
¿Ya conoce al encargado de curar las 25 obras seleccionadas para la 17a edición del Premio Arte Joven 2024? Aquí le contamos de su trayectoria y visión.
Valeria Herrera Oliveros
Valeria Herrera Oliveros
-Septiembre/11/2024
Desde septiembre se siente que viene diciembre, pero también una agenda cargada de arte, diseño, ilustración y cuanta cosa entre Bogotá y Medellín.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/09/2024
El daltonismo es más que la visión alterada del color: quienes lo tienen viven el mundo con una perspectiva única. Aquí una mirada a su experiencia y desafíos.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Septiembre/06/2024
Tres libros reúnen los conocimientos y hallazgos de tres grandes maestros de la facultad de artes de la Universidad Nacional. ¿Quiénes eran?
Valeria Herrera Oliveros
Valeria Herrera Oliveros
-Septiembre/05/2024
Arte que se remonta a los monasterios budistas del Tíbet, la pintura de thangkas es hoy el sustento de miles de tibetanos, indios y nepalíes. Aquí una mirada.
Emilio Aparicio Rodríguez
Emilio Aparicio Rodríguez
-Septiembre/04/2024
Sergio Ospina es embajador en Colombia de The LEGO Group e invitado a la Toycon 2024. ¿Qué lo llevó a construir un mundo que ya suma más de 90 mil seguidores?
Cristina Dorado Suaza
Cristina Dorado Suaza
-Septiembre/03/2024
En septiembre y noviembre, la convocatoria más grande de ilustración en Colombia ofrecerá esta amplia agenda cultural y artística en Medellín y Bogotá.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/03/2024
¡Porque ustedes lo pidieron! Aquí un retrato lleno de amor de todas esas cosas en las que nuestros felinos favoritos se nos parecen más que cualquiera.
Panderito chan
Panderito chan
-Agosto/30/2024
Pintora, ilustradora, muralista y autora de libros, la valenciana será la invitada especial al Salón Visual Bacánika 2024. Aquí una mirada a su historia.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Agosto/29/2024
De la soledad a las tendencias de internet, El chico sin cabello de pan solo oculta su propia identidad. Aquí un perfil de nuestro invitado al Salón Visual.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Agosto/28/2024
¿Quién recuerda que la lana boyacense viajó a la Luna? Este artista que, gracias al Apolo 11, viajó al pasado en busca de sus raíces familiares. Aquí la historia.
Cristina Dorado Suaza
Cristina Dorado Suaza
-Agosto/27/2024
¿Cuántos fueron el emprendedor de los dulces o la diseñadora gráfica de los cuadernos hermosos? Aquí un listado de los más icónicos personajes de la escuela.
BluBoi
BluBoi
-Agosto/23/2024
Una de cada cinco panaderías de Colombia queda en Bogotá y La Cata salió a hacer la ruta de algunos de los mejores desayunos que se consiguen en estos locales.
La Cata
La Cata
-Agosto/22/2024
¿Qué puede decir el diseño sobre los futuros que no fueron, sobre los pueblos desdibujados de la tierra? El trabajo de esta diseñadora nos responde.
Andrea Yepes Cuartas
Andrea Yepes Cuartas
-Agosto/21/2024
¿Quién fue Memo Vélez? ¿Qué libro es este con voces, cartas, tiempos y pinturas reunidas por una amiga para intentar retratarlo? La autora nos cuenta.
Esta semana fue declarada la emergencia sanitaria internacional, pero ¿por qué? ¿Qué ha cambiado con la viruela del mono desde 2022? Aquí le contamos.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/16/2024
Dueños de una lengua propia, invitamos a Raeioul a ilustrar este glosario de acepciones y palabras que sólo entienden los diseñadores.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/16/2024
Aquí un vistazo a la fantasía y el asombro que atraviesa el mundo pictórico del artiste y escritore ganadore del segundo lugar del Premio Arte Joven 2023.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Agosto/15/2024
Entre el 7 y el 8 de septiembre en el Palacio de San Francisco de Bogotá se realizará la segunda edición de Toycon Colombia. Aquí todos los detalles del festival.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/15/2024
¿Por qué es tan maravilloso perder el tiempo? ¿Por qué tantos creativos necesitan del ocio en sus rutinas? Tendido al sol, el autor explora respuestas.
Brian Lara
-Agosto/14/2024
¿Cómo es hacer parte de la logística y el protocolo de un evento monumental como los Juegos Olímpicos? Desde París, la autora nos cuenta.
Karen Ariza Carranza
Karen Ariza Carranza
-Agosto/13/2024
25 años después del asesinato de Jaime Garzón, se lanza esta novela gráfica escrita por su hermano Alfredo Garzón junto a Verónica Ochoa. Aquí la historia.
Valeria Herrera Oliveros
Valeria Herrera Oliveros
-Agosto/12/2024
¿Por qué las mujeres con TEA tienden a enterarse de su diagnóstico en plena adultez? La autora nos cuenta desde su testimonio, el de otras junto a voces expertas.
Adela Cardona
-Agosto/12/2024
¡GRWM para que nos enseñen cómo recomendar todo lo que hacemos con estos cinco pasos infaltables en la carrera de todo aspirante a influencer!
Óscar Nossa
Óscar Nossa
-Agosto/09/2024
Del 26 al 28 de septiembre de 2024, regresa a Bogotá el Festival Internacional de Diseño 4GN. Te contamos todo sobre la programación y cómo ganarte tu entrada.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/08/2024
Declarar renta es el plan favorito de nadie, pero hay que hacerlo. Si está en sus primeros pasos, no sabe si le toca o no le entiende al contador, revise esta guía.
Laura Natalia Cruz
-Agosto/06/2024
Descubra en estas 8 miradas el certamen deportivo más grande del mundo, del diseño de logos y uniformes a la vida misma de los que se entregan al alto rendimiento.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/05/2024
El skate, el breaking y el BMX freestyle se iniciaron como deportes olímpicos, ¿de dónde vienen, cómo llegaron, cómo se compite en estas disciplinas?
Karen Ariza Carranza
Karen Ariza Carranza
-Agosto/05/2024
El placer de cantar rock en español no tiene nada que ver con nuestra capacidad para entenderlo. Invitamos a Chulo a ilustrar una selección de estos sinsentidos.
Chulo
-Agosto/02/2024
Artistas, cineastas, ilustradores y escritores, ¡pilas pues! Aquí les traemos la selección mensual de convocatorias, para que se anime. Aquí todos los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/01/2024
Estas 7 exposiciones y 2 festivales en distintas capitales del país abren sus puertas a variedad de miradas y experiencias para que se programe con su parche.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/01/2024
¿Qué hace que una amistad perdure mejor que otra? ¿Hay algo que permite prever que serán eternos los amigos o que algún día seremos apenas viejos conocidos?
Martín Franco Vélez
Martín Franco Vélez
-Julio/31/2024
El futuro es ahora, pero la IA todavía no entiende a qué te refieres con “más diseño”. Chuleta Prieto nos ilustra esas cosas que aún no podemos pedirle.
Chuleta Prieto
-Julio/26/2024
Del art déco al minimalismo, el diseño de este certamen nos traza un recorrido por las tendencias visuales con las que hoy recordamos la historia olímpica.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Julio/25/2024
¿Qué se juega sobre las telas que cubren a los mejores atletas cada cuatro años? ¿Qué historia cuentan los uniformes que visten a los capaces de lo extraordinario?
Andrea Yepes Cuartas
Andrea Yepes Cuartas
-Julio/24/2024
Desde los circuitos, este artista payanés ha encontrado la ruta para trazar una obra cargada de crítica social y memoria a través del arte y las matemáticas.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Julio/23/2024
Además de sus publicaciones como editorial independiente, este taller de risografía es un espacio de encuentro para el arte y la ilustración. Aquí su historia.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Julio/22/2024
Si está empezando a sacar sus prints, stickers, postales, pósters o piezas para exposición, estos son los consejos claves para que lo haga como un pro.
Bacanika
Bacánika
-Julio/19/2024
Sed ut perspiciatis unde omnis iste natus error sit voluptam
Bacanika
Bacánika
-Julio/19/2024
Este martes 23 se hará la última visita guiada de la muestra que celebra el premio dirigido a los artistas jóvenes del país, abierta hasta el 27 de julio en Bogotá.
Bacanika
Bacánika
-Julio/19/2024
Ícono contemporáneo, las viñetas de Lola Vendetta le han permitido a millones de mujeres identificarse y cuestionarse por casi una década. Aquí su perfil.
Catalina Porras Suárez
Catalina Porras Suárez
-Julio/17/2024
Desde hace 6 años, Emilio Aparicio registra sus viajes por el mundo en cuadernos con dibujos, fotografías, objetos y notas. Aquí nos cuenta por qué lo hace.
Hasta el domingo 21 de julio a medianoche puede inscribir sus piezas para hacer parte de la muestra y premio de ilustración más grande de Colombia. Aquí los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Julio/15/2024
Todo lo bueno tiene segunda parte. Por eso invitamos a FreddoIlustra a hacer esta nueva edición de su exitosa columna sobre el contorsionismo creativo.
FreddoIlustra
FreddoIlustra
-Julio/12/2024
No solo se deja de gatear con los años: con humor y nostalgia, este colaborador de la casa nos cuenta cómo cambiaron sus días ahora que llegó a los cuarenta.
Juan Sebastián Lozano
-Julio/11/2024
Los colombianos disfrutamos de una variedad de frutas que no siempre conocemos ni probamos. Aquí una primera guía para que se anime a disfrutar.
Sed ut perspiciatis unde omnis iste natus error sit voluptam
Bacanika
Bacánika
-Julio/09/2024
Con una obra intrigante, este ilustrador nos abre la mente a un universo cargado de poderosos símbolos. Aquí una mirada a su historia y encanto con los arcanos.
Ana Dibuja trae esta lista de canciones que con solo ponerlas convierte la escoba en un micrófono y la ropa por doblar en un público al borde de las lágrimas
Ana Dibuja
-Julio/05/2024
Ni los perfeccionistas tienen claro qué es el perfeccionismo. A menudo se preguntan si pueden dejar de serlo, si lo necesitan. Aquí algunas respuestas.
Brian Lara
-Julio/04/2024
¿Cómo afecta la exposición solar al envejecimiento de la piel? La autora se lo explica con lujo de detalles a lo largo de los años de la mano de un especialista.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Julio/03/2024
El Ministerio de las Culturas, el Museo Nacional y ARTBO presentan convocatorias de becas, residencias y proyectos de formación para artesanos y artistas.
Bacanika
Bacánika
-Julio/02/2024
¡Que vivan la diversidad, el orgullo y el amor! Aquí la gran Sindy Elefante nos ilustra algunos de los motivos para celebrar la dignidad y el orgullo LGBTIQ+.
Sindy Elefante
Sindy Elefante
-Junio/28/2024
¿Qué mueve a tantos a subir el alto de Patios, Letras o Las Palmas? El autor nos guía por la ruta que va de la obsesión con el rendimiento al amor a la montaña.
Carlos Ospina Marulanda
Carlos Ospina Marulanda
-Junio/27/2024
Ni etapa, ni indecisión, ni promiscuidad: la bisexualidad es una orientación sexual que hay que liberar de prejuicios. Aquí una mirada íntima, con rabia y amor.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Junio/26/2024
¿Qué había antes de segmentar lo masculino y lo femenino? ¿Cómo es desmontar la propia identidad ya cerca de los treinta? La autora nos cuenta su experiencia.
Ana López Hurtado
Ana López Hurtado
-Junio/25/2024
Ganadores y seleccionados de ediciones anteriores nos comparten sus experiencias y recomendaciones para participar en la 10° edición del Salón Visual Bacánika.
Bacanika
Bacánika
-Junio/24/2024
Pensar mal es deporte nacional: he ahí una mentira que muchos creemos verdad. Aquí cinco fábulas animales muy colombianas para superar nuestra falta de lógica.
Jhon Isaza
Jhon Isaza
-Junio/24/2024
Convocatoria Píntame el Payaso abierta hasta el 6 de julio 2024. Participe con su diseño icónico de Artefacto Inc. ¡Envíe su custom ahora!
Bacanika
Bacánika
-Junio/24/2024
Llegó la Copa América y todos estamos haciendo fuerza para que se nos haga el milagrito. Aquí una lista de las bellas alegrías que nos ha dado la tricolor.
Con montañas, llanos y contrarrelojes, cada Gran Vuelta tiene su historia. Aquí una mirada a algunas de las carreras más intensas que se corran en el planeta.
Catalina Porras Suárez
Catalina Porras Suárez
-Junio/20/2024
Combinando arte e ingeniería, este artista le hace preguntas a las problemáticas sociales con los objetos que crea. Hablamos con él en Espacio Odeón sobre su obra.
Hace un año que Felipe Carrión dejó de vivir en Bogotá: nosotros lo invitamos a que nos contara e ilustrara cómo fue redescubrir su caótica y hogareña ciudad.
Felipe Carrión Penagos
Felipe Carrión Penagos
-Junio/18/2024
Lo bueno siempre regresa, como nuestra convocatoria para practicantes. Si cree que tiene el sabor y la habilidad para las letras y el diseño no lo piense dos veces.
Bacanika
Bacánika
-Junio/17/2024
¿Qué puede hacer un mural frente a la violencia? Una reparación simbólica como la que rinde esta obra en homenaje a víctimas y sobrevivientes de violencia sexual.
Bacanika
Bacánika
-Junio/17/2024
¿Quién no ha quedado en órbita, suspendido en el tiempo y el espacio, imaginando pendejadas en un banco, un bus o un baño? Aquí un listado de esos espacios.
Sebastián Gélvez
Sebastián Gélvez
-Junio/14/2024
Desde el 27 de junio distintos invitados conversarán sobre sus obras, en la muestra expuesta en la Sala de Arte de Bancolombia en Bogotá. Aquí los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Junio/13/2024
¿A quién se le ocurrió amasar grafito y arcilla para envolverlo en madera? La autora nos lleva por la historia de este modesto y genial invento.
Andrea Yepes Cuartas
Andrea Yepes Cuartas
-Junio/13/2024
Este mes hay oportunidades abiertas para ilustradores, artistas, cineastas, actores, guionistas, periodistas y dramaturgos. Le contamos todos los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Junio/12/2024