¿Cómo se ve el mundo con daltonismo?
¿Sabía que uno de cada doce hombres y una de cada 200 mujeres no ve todos los colores? Desde su origen, pasando por su tipología y diagnóstico, el daltonismo es mucho más que la visión alterada del color. Quienes lo padecen viven en un mundo con una perspectiva única, tan fascinante como compleja por sus implicaciones y desafíos. Aquí una mirada a esta condición –mucho más común de lo que se cree– en el día mundial del daltonismo.
Ver los colores del semáforo para cruzar la calle, percibir los matices de un arcoíris o elegir prendas de vestir en diferentes tonos según la ocasión son actividades que nos parecen fáciles, por no decir obvias. Sin embargo, para las personas con daltonismo, estas tareas pueden representar un reto o, en algunos casos, una experiencia completamente ajena. En términos sencillos, el daltonismo o discromatopsia es una alteración en la visión que dificulta la distinción o percepción de los colores. Para comprender plenamente esta condición es necesario explorar su funcionamiento, origen, subtipos, avances científicos en el tratamiento, y por supuesto, la perspectiva de quienes viven con daltonismo.
La retina del ojo es la encargada de detectar los haces de luz que envía al nervio óptico, y son interpretados por el cerebro para formar imágenes. Para llevar a cabo esta tarea, la retina depende de los colores y la luz, los cuales son procesados por dos tipos de células nerviosas: los bastones y los conos. Los bastones son hipersensibles a la luz, lo que facilita la visión nocturna y permite detectar sombras en la oscuridad, y los conos son responsables de la percepción y distinción de los colores, especialmente en condiciones de luz diurna.
Existen tres tipos de conos: unos perciben la luz azul, otros la luz verde y un tercer grupo percibe la luz roja. Cuando se observa un objeto en un entorno iluminado, las células cónicas envían señales eléctricas al cerebro para interpretar el espectro de colores. Similar al modelo de color RGB —sigla de red, green and blue o rojo, verde y azul en inglés— utilizado en monitores, televisores, celulares y otras pantallas digitales, la retina también se basa en puntos de luz para crear imágenes.
Según el cirujano y oftalmólogo adscrito a Colsanitas Carlos Eduardo Mestre, la causa del daltonismo a nivel físico se debe a “una formación incompleta de los conos a nivel de la retina”. Cuando uno o más tipos de conos están ausentes, no funcionan o detectan un color diferente de lo normal, emiten información incorrecta al cerebro sobre los colores.
¿De dónde viene el daltonismo?
En la mayoría de los casos, esta alteración visual se debe a una herencia congénita. Los genes que codifican los conos del pigmento rojo y verde se encuentran en el cromosoma X. Las mujeres tienen dos cromosomas X, por lo que si solo uno de ellos presenta la alteración que causa el daltonismo, el otro puede compensar esta deficiencia —aunque la condición podría manifestarse en su descendencia—. En cambio, los hombres, que tienen un cromosoma X y un cromosoma Y, heredarán el daltonismo si el cromosoma X de su madre está afectado.
Aunque el daltonismo es hasta 20 veces más común en hombres que en mujeres, también hay un porcentaje de mujeres daltónicas por herencia genética. Estos casos particulares ocurren cuando ambos cromosomas X son portadores de la condición.
Según la organización inglesa Colour Blind Awareness, “el daltonismo afecta aproximadamente a 1 de cada 12 hombres (8%) y a 1 de cada 200 mujeres (0.005%). En todo el mundo, se estima que hay alrededor de 300 millones de personas con daltonismo, casi la población de Estados Unidos”.
Si bien el daltonismo suele ser heredado genéticamente, también puede ser adquirido después del nacimiento debido a alguna herida o enfermedad ocular. Carlos Eduardo Mestre explica que “puede darse por alteraciones como las cataratas, que son una opacidad del cristalino, la aparición de leucomas, distrofias corneales, o cualquier afección que dañe la transparencia del ojo”. Además, añade que existen otras enfermedades no oculares o de la retina que pueden generar daltonismo, como infecciones de tipo sífilis, problemas de glaucoma o degeneraciones maculares en personas mayores con desgaste en sus células cónicas.
Tipos de daltonismo
Existen tres tipos de daltonismo. El más común presenta alteraciones en las tonalidades de rojo y verde, y tiene cuatro subtipos: la deuteranomalía, que hace que ciertas tonalidades de verde se vean más rojas; la protanomalía, en la que ciertas tonalidades de rojo se ven más verdes; la protanopia —ausencia total de células cónicas rojas— y la deuteranopia —ausencia total de células cónicas verdes—, que impiden reconocer la diferencia entre el rojo y el verde.
El segundo tipo de daltonismo agrupa las alteraciones en las tonalidades de amarillo y azul, con dos subtipos: la tritanomalía, que dificulta percibir la diferencia entre el azul y el verde, y entre el amarillo y el rojo; y la tritanopia, que impide distinguir la diferencia entre el azul y el verde, el morado y el rojo, y el amarillo y el rosado.
El tercer tipo de daltonismo —y el más severo— es conocido como acromatopsia y monocromatopsia, en los cuales no se perciben los colores o solo se percibe uno.
Según el oftalmólogo Carlos Eduardo Mestre, en los casos más severos de daltonismo, la acromatopsia es “básicamente la ausencia de conos, lo que impide ver cualquier color. Solo se perciben tonos de blanco, negro y gris”. La diferencia con la monocromatopsia es que en esta “se presenta solo un tipo de cono, por lo que se puede ver un solo color, sus subtonos, y tonos de blanco, negro y gris”. En ambos casos, la percepción de blanco, negro y gris es posible gracias a los bastones, que detectan la presencia o ausencia de luz.
¿Cómo saber si se tiene daltonismo?
Los primeros signos de daltonismo suelen aparecer en la infancia, ya que el no reconocer los colores de la misma forma que otros niños genera dificultades en el desempeño escolar. Esta disparidad puede percibirse en actividades como pintar dibujos de manera diferente a pesar de recibir indicaciones sobre los colores, o no distinguir los colores en palabras escritas durante el aprendizaje de la lectura. Para Alfonso Ucros, oftalmólogo adscrito a Colsanitas, los padres pueden observar estas señales para un diagnóstico temprano, ya que “en general, es notorio cuando los niños usan los colores en los dibujos o al combinar la ropa”, explica.
Para el diagnóstico, lo primero y más básico es la prueba de Ishihara, que consiste en un conjunto de tarjetas con números, letras y figuras compuestas por puntos de colores camuflados en puntos de otros tonos. Si la figura, número o letra se mezcla con el fondo y es imposible verla, podría indicar algún tipo de daltonismo. Estas tarjetas se presentan en diferentes tonalidades, lo que permite verificar rápidamente la presencia y tipo de daltonismo.
Asimismo, existen otros métodos para el diagnóstico del daltonismo. Uno de ellos es la prueba con anomaloscopio, en la cual se observan dos luces de diferentes intensidades a través de un visor. El objetivo es ajustar las luces hasta que coincidan en intensidad; la incapacidad para lograr esta correspondencia es un indicio de daltonismo. También existe la prueba de Farnsworth, en la que se presentan bloques de diferentes colores que deben ser ordenados en una secuencia. Si la persona se equivoca repetidamente, podría indicar un tipo de daltonismo.
¿Cómo es vivir con daltonismo?
David Cabrera es daltónico y diseñador y su caso es particular debido a su profesión. Durante muchos años en su infancia, confundía sistemáticamente el morado con el azul, pintando el mar o el cielo en tonos violetas. Sus profesores notaron que no se trataba de un simple error, ya que estaba en una edad en la que se debería reconocer la diferencia entre ambos tonos, por lo que sugirieron a sus padres llevarlo a un profesional. Al realizarle una prueba de Ishihara, David fue diagnosticado con daltonismo.
Existen diversos mitos que rodean el daltonismo, incluso a nivel profesional. Se suele decir que una persona con daltonismo no puede conducir, pero existen métodos como la memorización de patrones de semáforos y otras señales de tránsito. También se afirma que no pueden dedicarse a ciertas profesiones, como el diseño gráfico. Sin embargo, David Cabrera lleva una vida profesional sin mayores percances. Durante la universidad, recuerda que “aprendí a reconocer los colores a través de teoría y códigos de color. Me he informado mucho sobre qué significan los colores y cómo se utilizan, especialmente en lo que respecta al morado. He aprendido a usarlo, pero a veces, para diferenciarlo, no me queda otra que preguntar”, explica Cabrera.
Hoy en día, desde su perspectiva como diseñador con daltonismo, David sigue insistiendo en lo que sus profesores universitarios le repetían: “no es una limitación, al contrario, es una ventaja. Ves el mundo de una forma que solo tú puedes ver, y eso te puede llevar a tomar decisiones sobre colores que resultan inesperadas y originales, combinaciones que a una persona sin daltonismo no se le ocurrirían”.
Diferente a David, Nicolás Torres tiene un daltonismo más severo, su primera frase en esta entrevista fue: “nunca he visto el arcoiris completo, siempre ha sido de tres colores”. Nicolás se enteró de su alteración cuando entró a la universidad, durante chequeos médicos de oftalmología descubrió que tenía deuteranopia —ausencia total de células cónicas verdes—, impidiendo que pudiera reconocer la diferencia entre el rojo y el verde. “Muchas cosas que son verdes oscuras las veo café, o viceversa, algunos objetos rosados los veo blancos”, explica sobre los colores que no puede percibir. Desde su profesión como periodista, entre sus colegas ha solicitado que las gráficas sean realizadas en colores amarillos y azules para poder distinguir los datos y porcentajes.
Novedades para un mundo visual inclusivo
No existe una cura para el daltonismo. Sin embargo, hay avances que permiten una mejora en la calidad de vida como las gafas y lentes de contacto con filtros de color, estos incrementan el contraste entre los colores para notar su diferencia. Hay otras ayudas digitales como aplicaciones que indican la colorimetría de la cámara o de las fotos para saber de qué color es cada objeto en la imagen.
Desde la academia hay iniciativas para un lenguaje visual y cromático público e inclusivo, como la que propone Octavio Garay Angulo persona con daltonismo y diseñador de la comunicación gráfica en Color, el enfoque inclusivo en diseño para personas con daltonismo, a través de cuatro estrategias dirigidas a los estudiantes de diseño con daltonismo.
Garay propone cambios del contraste de los colores, las tipografías o hasta las mismas texturas para crear imágenes que cualquier persona con daltonismo pueda apreciar. “Me han abrumado con la pregunta: ‘¿esto de qué color lo ves?’ He abrumado con la pregunta: ‘¿esto de qué color es?’ Realicé proyectos de diseño utilizando sólo blanco y negro, o grises para evitar sufrimiento. También he incorporado códigos de color alternativos para evidenciar mi condición visual y he puesto en práctica lo que les comparto. A pesar de que he vivido muchas aventuras daltónicas, no dejo (y espero no dejar de hacerlo) de charlar, compartir, debatir, reír, preguntar, escribir o investigar sobre mi condición visual”, concluye.
Este artículo fue realizado gracias a la ayuda de especialistas Colsanitas.
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