Tatuadoras colombianas que debería conocer antes de su próximo tattoo
Conozca el trabajo de estas trece tatuadoras colombianas y anímese a agendar con alguna de ellas: el rango de estilos es muy amplio y el talento de estas artistas es enorme. La lista queda corta, pero esperamos hacer nuevas entregas con las recomendaciones de toda la comunidad Bacánika.
En los últimos años, el espectro de tatuadores y tatuadoras ha crecido exponencialmente. Este fenómeno viene ocurriendo en todas partes del mundo y Colombia no es la excepción. Nuevos estudios se abren regularmente en todas las ciudades, varios festivales convocan a la comunidad y las figuras más destacadas tienen listas de clientes en espera que a veces suman varios meses.
El tatuaje es una cultura en torno a la cual muchos comparten, es también una industria activa e innovadora que ha encontrado una poderosa plataforma en redes sociales y es, ante todo, un arte milenario que renueva constantemente la relación entre el lenguaje y el cuerpo.
Las mujeres ocupan un lugar cada vez más activo en este campo. Sus estéticas y técnicas son tan variadas como sus orígenes. Esta selección siempre quedará corta y será apenas un abrebocas para invitarles a compartirnos nuevos nombres del creciente universo de las tatuadoras colombianas.
Manuela
(@manuelatattoo)
Medellín
Desde hace nueve años, esta tatuadora paisa se dedica a plasmar sobre la piel diseños de líneas delgadas donde las sombras prevalecen y la tinta negra es la protagonista. “Comencé en mi casa a tatuar a mis amigos, a mis hermanos y poco a poco fui conociendo más gente y tatuadores”, recuerda sobre sus inicios, antes de que comenzara a trabajar en estudios como Funky Monkey.
Su estilo puede definirse como “chicano”; en sus creaciones son recurrentes los rostros femeninos con un aura misteriosa y pin up girls rodeadas de ondas y destellos. Según Manuela, los artistas Mister Cartoon y Chuco Moreno han sido la inspiración de muchas de sus líneas.
Alejandra Alba
(@tinta.de.calamaar)
Cartagena de Indias
Entre el calor y la playa, esta artista cartagenera realiza tatuajes en puntillismo y líneas finas que destacan la naturaleza y la cotidianidad. Sus diseños van desde los animales hasta los objetos. Conserva los detalles y la precisión de las texturas para darle a cada pieza un toque diferente pero conservando la identidad de su estilo.
El día que decidió irse a tatuar se acercó a Jackson, artista de Monkeys Tattoo Studio, y se ofreció a empezar como su aprendiz ya que este planeaba irse pronto a Berlín. En un par de semanas aprendió sobre líneas finas y diseños caribeños para quedarse en el estudio que es actualmente su lugar de trabajo.
Malandrina Fonseca
(@malandrinatattoo)
Bogotá
Con conocimientos previos en las artes visuales, Catalina Fonseca, mejor conocida como “Malandrina”, decidió comenzar a tatuar en 2007. Su primera inspiración fue una clase de historia en la que conoció el tatuaje japonés. Esta corriente la ha acompañado hasta la actualidad, en el trabajo en su estudio privado Tattoo and Resist, en Bogotá.
Con colores vivos, líneas definidas y sombras fuertes, Malandrina se inspira en las estampas “ukiyo-e”, una técnica japonesa de grabado que ha influenciado otras expresiones visuales. “La base de mi estilo es el japonés tradicional, de la mezcla con el punk, en especial mujeres punk: llegué a llamar a mi estilo ‘punkis niponas’ o ‘punk nipón’”, afirma la artista bogotana.
Angie
(@lineahuerfana)
Pasto
Angie es Licenciada en Ciencias Sociales pero el tatuaje terminó siendo su verdadera vocación. Su hermano la alentó a comenzar a tatuar tras sentirse insatisfecha en su carrera. Decidió entonces obsequiarle su primera máquina y desde ese momento no ha dejado de tatuar. Las tardes de trabajo de Angie son todo un ritual íntimo: “generalmente intento apropiarme de un sentimiento en su máxima expresión, el sentimiento puede ser de tristeza, insatisfacción, alegría o el deseo de comerme el mundo. Entonces preparo una mesa cómoda, música o videos y empiezo viendo referentes de ilustraciones, luego escribo la idea que tengo en mente e intento darle forma con el lápiz”.
Su gusto por la literatura, el arte, la moda y los animales se ve reflejado en sus diseños de líneas delgadas, objetos sobreexpuestos, planos de línea, relleno y puntillismo. El minimalismo limpio pero con una esencia poderosa es la búsqueda de esta tatuadora pastusa.
Juanita Sánchez
(@juanitattooer)
Medellín
En su primer tatuaje, Juanita se desmayó del dolor, creía que los tatuajes no eran lo suyo. En aquel momento era casi imposible imaginar que esta terminaría siendo su profesión. A los 21 años comenzó a tatuar en técnica handpoke en Los Ángeles. Comenzó tatuándose a sí misma y a una amiga, luego llegaron otros clientes al ver los pequeños diseños novedosos.
En la actualidad, Juanita tatúa retratos de mujeres, dagas, animales y elementos en tradicional americano; con líneas y sombras potentes, así como colores primarios. “Me gusta mucho usar línea gruesa, que tenga bastante negro y algunos toques de color como rojo y amarillo. Me gusta que el trazo sea un poco brusco”, complementa Juanita sobre su estilo. Desde hace seis años tatúa en Angrymom, un estudio ubicado en Llanogrande, cerca de Medellín.
Salomé
(@carnivoora)
Bogotá
Esta artista plástica conoció el mundo del tattoo en los últimos semestres de su carrera. Empezó haciendo handpoke, técnica en la que se traza cada línea con una aguja, punto por punto. Dos años después, Salomé decidió cambiarse a los tatuajes con máquina. Con una apuesta disruptiva y dinámica, el collage es su materia prima. “La mayoría de mis tatuajes provienen de collages que hago previamente y que después transformo para llevarlos a una ilustración que funcione como un tatuaje”, explica Salomé.
Las sombras sólidas, los rostros de mujeres, las plantas y los animales hacen parte de sus composiciones. Estos diseños, según la artista, son pensados desde la fortaleza, el amor propio y el empoderamiento de lo femenino y lo natural. Es por esto que el 90% de sus clientes son mujeres. Su estilo ilustrativo es de líneas suaves pero gruesas; además, agrega elementos de color como círculos rojos que resaltan en la piel.
María José Pachón
(@majopapee)
Cali
Con videos de YouTube y tinta china, María José comenzó a tatuarse a sí misma en técnica handpoke, luego comenzó a tatuar a su hermana y amigos, todo por parche. Después de un tiempo y varios clientes casuales, comenzó a tomarse el cuento más en serio hasta que compró una máquina y los insumos necesarios para tatuar profesionalmente.
Aunque su trabajo es versátil y experimenta con contrastes muy marcados, es posible identificar en muchos de sus tatuajes mezclas entre el ignorant y el brutalist style. “Me gusta referenciarme no solo con otres artistes sino de cosas que suceden, de una escena que vi en la calle, de una cerámica, de una flor, del patrón de la camisa de alguien”, afirma María José. Con formas redondeadas, destellos y llamas, cada uno de sus tatuajes tiene un guiño divertido y tierno.
Valerie Bayona
(@valeriebayonaink)
Barranquilla
Si de algo ha estado segura Valerie es que el mundo del tatuaje siempre ha sido y será su lugar. Este ha sido su primer y único trabajo desde que comenzó su vida laboral. Su amor por la ilustración y el arte en general la ha llevado a perfeccionarse en esta expresión artística. “Un amigo me recomendó que comenzara a hacer aquello que realmente me motivara, en mi caso, crear y hacer arte, dibujar o pintar. No imaginé convertirme en tatuadora, sin embargo aquí estoy y gracias a ello he aprendido a aumentar mi creatividad y optimizar la creación de diseños”, complementa Valerie sobre su proceso.
Aunque Valerie no le teme a experimentar y realizar cualquier diseño, la mayoría de sus tatuajes oscilan entre el blackwork y el new school. Los guiños a caricaturas y los personajes animados en general son su fuerte, si está pensando en tatuarse un personaje de Studio Ghibli o Naruto, esta tatuadora barranquillera es su opción más confiable.
Tettattoo
(@ttettattoo)
Bogotá
Desde hace dos años, esta artista urbana regresó al mundo del tatuaje tras alejarse por cinco años. Con un estilo más definido y propio. Taty Gómez, mejor conocida como “Tettattoo”, realiza diseños en los cuales el trazo idéntico a un dibujo a lápiz es la prioridad. En esta búsqueda, las variadas intensidades de trazos y el manejo de sombras y texturas son fundamentales. Sus personajes oníricos completan su propuesta estética.
Según Taty, el tatuaje le ha permitido perdurar, “el arte urbano o la intervención en el espacio público —que también hace parte de su obra— es efímera. En la piel adquiere otro significado, es otro tipo de exposición. Y ahora tengo más clara mi línea gráfica y los personajes que quiero citar”, expone sobre el reencuentro que ha sido el tatuaje para ella.
Nikol
(@tatxuage)
Barranquilla
Aunque no lo recomienda, esta tatuadora barranquillera también comenzó tatuándose a sí misma. Desde que se levanta de la cama está pensando en nuevos diseños. Observar es su principal ejercicio creativo, “amo encontrar inspiración en la naturaleza, en el cielo, en las personas, en todo. Cada semana intento tener un tema distinto para presentarle a mis clientes en forma de coloridos diseños”, comenta.
El estilo de Nikol es realista, pero no se limita a este, pues la experimentación con caricaturas está presente en su amplio portafolio. Los colores vivos y brillantes, los contornos pulidos y las sombras suaves hacen parte de sus cuidados diseños.
Daniella
(@daniella__.r)
Bogotá
Daniella siempre ha estado inmersa en el arte, comenzó pintando con acuarela y acrílico y terminó creando con tinta sobre pieles. Sus primeros tatuajes fueron un voto de confianza de sus amistades, pues nunca practicó en piel sintética. En Nueva York pudo pulir su técnica de la mano de grandes tatuadores, luego estuvo en Ciudad de México aprendiendo otros estilos hasta que regresó a Colombia y se integró al Estudio Ciento Ocho en Bogotá.
Definir el estilo de Daniella resulta complejo, pues aunque las sombras son su prioridad, también tiene detalles realistas y diseños que parecen un personaje u objeto de un sueño, uno perturbador pero deslumbrante. “Lo definiría como raro, mis referencias principales son películas de terror, fotografía sombría o a veces simplemente juguetes u objetos que me generan buenos recuerdos. Es un realismo alternativo que no quiere ser clasificado en los estilos de tatuaje clásicos”, añade la artista.
Liz Restrepo
(@lizrestrepo)
Medellín
La ilustración botánica en la cual las hojas, los frutos y los animales protagonizan un ecosistema en la piel es quizá la forma de expresión visual más cercana a los tatuajes de Liz. Esta paisa lleva tatuando desde hace siete años, cuando decidió comprar su primera máquina. Dos años después fue contratada por un estudio donde conoció a su gran amigo y mentor Sebastián López, quien la guió a perfeccionar su técnica. Desde finales de 2022 se encuentra trabajando en su propio estudio (@tacto.ttt), de la mano de su amiga Yulia Roldán.
Técnicamente hablando, su estilo más cercano es el blackwork ilustrativo. Las líneas de su trabajo son precisas y geométricas, como las formas de la naturaleza, su principal musa. “Disfruto mucho el tatuaje ornamental, me gusta inspirarme en formas orgánicas y un poco abstractas, cuyo objetivo es ser estéticamente seductoras, sin necesitar un significado o sentido”, añade la tatuadora antioqueña.
Sarita Aristizabal
(@s.rita_mermaid)
Medellín
Esta diseñadora e ilustradora, comenzó a tatuar en 2007 gracias a la invitación de un amigo, luego se enamoró de esta cultura y comenzó una especie de fase de exploración espontánea. “Mi historia, en resumen, comienza con ser cliente. Viajar para tatuarme con quienes admiraba y aprender de ellos. Conocí a muchos mentores esparcidos por toda Suramérica, Europa y Estados Unidos, a quienes hoy puedo llamar amigos y colegas”, afirma la tatuadora paisa.
Para Sarita, cada tatuaje es un proyecto, por esto lleva una rutina de investigación y diseño previa. Actualmente, la mayor parte de sus trabajos son dibujados directamente en la piel. No considera que tiene un estilo definido, pues en su proceso como artista aprendió la necesidad de dibujar y tatuar cualquier estilo. Sus tatuajes son sólidos, limpios y con equilibrio. En su portafolio resaltan las geometrías, los patrones y las figuras ornamentales.
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