Por qué estamos hablando de risografía
Una riso es una máquina que saca copias. Por sus características técnicas y hasta por su historia, se ha convertido en el juguete consentido de diseñadores y artistas. Aquí le contamos todo lo que necesita saber acerca del bicho raro de la impresión.
Cuando la máquina empieza a escupir el papel, seduce la aparición de colores vibrantes, esos que difícilmente se pueden sacar de una pantalla, con acabados táctiles sobre el sustrato, como si el rosado fluor no fuera un juego de luz, sino un líquido fantástico que se puede guardar en un frasco. En medio de tanta pantalla, se trata de una técnica que alienta la conversación entre lo digital y lo análogo, y por eso nos interesa.
Aunque fue inventada en Japón hace más de medio siglo, desde hace más o menos diez años sobre todo en Europa y Estados Unidos, colectivos de artistas y diseñadores encontraron en la riso nuevas formas de explorar la autoedición y difusión de su obra, aprovechando las gangas y segunzados de máquinas que envejecen mal como fotocopiadoras de oficina, pero que son grandes aliadas para la experimentación gráfica. Por eso fanzines, cómics, posters y postales son sus aplicaciones más comunes, y a través de las cuales se han consolidado redes y comunidades bien interesantes.
Esta técnica de impresión está lejos de ser la más conocida en Colombia. Puede estar camuflada, sí, en uno que otro volante de restaurante popular o en los libros piratas que venden en la calle, pero hay pocas máquinas al servicio de la creatividad y es sobre todo por el voz a voz que sus ventajas y su mística se han difundido entre estudiantes, emprendedores y apasionados por la gráfica.
¿Cómo funciona?
En términos técnicos, la riso es una duplicadora, y sin importar el modelo, la mecánica siempre es la misma: la máquina recibe o escanea un archivo y lo traduce en un bitmap, es decir, convierte las fotografías, formas y textos en puntos/pixeles. Con esta información, una unidad de másters, por medio de cabezales térmicos, perfora una hoja de papel de arroz de acuerdo a esos pixeles y crea una plantilla (esto sería el equivalente a quemar un marco en serigrafía). Esta plantilla se enrolla alrededor de un tambor que contiene la tinta y que gira rápidamente, presionando para que el color pueda pasar a través de los agujeros y fijarse en el papel. A partir de una sola plantilla o máster se puede imprimir un gran número de copias, pero una vez se desmonta el tambor que la contiene, no se puede volver a usar. Por eso debe repetirse el proceso con cada tinta.En resumen: cada color es una capa y cada capa es un máster que la máquina debe producir. Para generar imágenes con dos o más tintas, se debe imprimir primero todo el lote de un color, y repetir el proceso con los siguientes.
El asunto de los colores por capas (o las capas por colores) es la base para entender cómo funciona la risografía. Como no es una impresora láser, o un plotter que saca todos los colores de una imagen al mismo tiempo, para imprmir en riso hay que pensar el resultado final como la suma de dos o más partes que se han separado previamente con una intención.
Casi siempre una copia exitosa es en la que los distintos colores encajan bien y están donde tienen que estar. Este es otro punto común con la serigrafía: para lograr que la imagen duplicada sea, en términos de composición, tan fiel como se pueda a su concepción original, hay que tener en cuenta la posición de las plantillas y del sustrato. En serigrafía, estos registros se pueden controlar con un pulpo. En risografía, depende del modelo de la máquina.
A grandes rasgos, las máquinas se dividen en dos: las que funcionan con computador y las que funcionan sin computador. A partir de ahí es que el margen de error en los registros se vuelve más o menos manejable y predecible. Aquellas máquinas que no se pueden operar desde un software, dependen de la unidad de escáner que viene incluida, o sea, de qué tanta práctica tenga el operador cuadrando a ojo, y un poco a la de Dios. Esto significa que cada capa de color debe existir en físico (se haya hecho a mano o impreso el archivo), para luego acomodarse en el escáner, procurando que la posición de cada capa (hoja) siempre sea la misma. Acomodar el material para imprimir de esta forma es una experiencia que se debería tener al menos una vez, porque obliga a estar en contacto físico con el material que va a terminar por configurar la imagen final, y eso ayuda a familiarizarse con todo el proceso. Esta herramienta es interesante para experimentar con medios análogos.
Por otro lado, los modelos más recientes (que sí se pueden manejar desde el software) no precisan el escáner. Los archivos se envían directamente desde el computador, y los registros y bandejas de papel se acomodan automáticamente.
¿De dónde salió?
Esta máquina no siempre ha pertenecido al mundo de la creatividad. De hecho, pasaron cerca de tres décadas antes de que una riso, como se conoce hoy en día, aterrizara en manos de artistas. Todo empezó en 1946. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, Japón fue ocupado por las fuerzas aliadas, y forzado a un desarme industrial que pretendía eliminar toda posible amenaza y competencia para los Estados Unidos. En ese contexto, el fabricante e inventor Noboru Hayama fundó la empresa Riso-Sha, que para 1954 ya comercializaba sus propias tintas para mimeografía y serigrafía, combatiendo los altos precios de importación de insumos y dando cuenta de la maestría en impresión con plantillas que se había desarrollado en Oriente siglos atrás.De ahí en adelante la Riso Kagaku Corporation se dedicó a perfeccionar sus tintas, emulsiones y máquinas con dos enfoques:
- Desarrollar duplicadoras para optimizar los procesos de copiado para ejércitos, oficinas, colegios e iglesias, brindando la posibilidad de producir grandes tirajes sin necesidad de una imprenta.
- Democratizar el acceso a la impresión serigráfica a pequeña escala con la Gocco, una máquina sencilla, con apariencia de juguete, que le permitía a las familias japonesas diseñar y reproducir postales de colores en sus casas.
Para finales de los ochenta la compañía se había expandido por más de treinta países con la duplicadora digital como producto estrella. La Gocco tradicional evolucionó, y su estatus pasó de juguete a semi robot de serigrafía (pero ya no dan tantas ganas de tenerla en la casa).
¿Por qué riso?
Antes que nada, es importante decir que este no es el reemplazo de otras técnicas de impresión, pero que en algunos casos, y por razones específicas, sí puede ser la mejor alternativa. Aquí le decimos cuáles:● Por amor al color. En el mercado existen 21 tintas estándar y más de 50 personalizadas para las duplicadoras riso. Van desde el clásico color negro hasta el dorado, pasando por todos los primarios (¡incluso blanco!) y un par de fluorescentes. Si se manipulan las tramas, los rellenos y las transparencias, gracias a que las tintas son traslúcidas, se pueden superponer y crear nuevos tonos. También puede jugar con el color y la textura del papel para obtener resultados distintos. Así que si va a imprimir en un lugar pequeño que ofrece dos o tres tintas, no se asuste, las posibilidades siguen siendo muchas. Elija riso si ya se cansó de hacer pruebas de impresión tratando de conseguir los colores que ve en su pantalla. Sobre todo fluorescentes, plateados y dorados.
● Por conciencia ambiental. La máquina no termofija el color. Esto quiere decir que no necesita generar calor para imprimir (el papel nunca va a salir tibio como en un plotter o una impresora láser), y por eso su consumo de energía eléctrica es razonable. Tampoco emite gases de efecto invernadero. En cuanto a las tintas y las plantillas, están hechas en gran parte de soya y arroz, esto implica una producción disminuida en residuos tóxicos, y significa que por mucho que imprima, no está contaminando toda el agua de su ciudad ni contribuyendo (al menos con sus prácticas de impresión) a la acumulación de residuos sólidos que tardan siglos en degradarse, como sucede con algunos insumos para serigrafía. Elija riso si quiere resultados táctiles y si su idea cabe en un tamaño A3 (29,7 x 40 cm) o menor.
● Por eficiencia. Lo de las 130 copias por minuto es real. No en vano las duplicadoras siguen siendo grandes aliadas de la papelería corporativa. Además de la velocidad está el volumen: si necesita más de 30 copias y menos de 5000, riso. Ese es el número aproximado de copias que aguanta una sola plantilla. Dependiendo del modelo que tenga, su impresor de confianza le dirá un número mayor o menor. Eso sí, entre más copias saque, más vale la pena poner a funcionar la máquina. Elija riso si está pensando en armarse de un stock de copias para vender o distribuir. O empapelar su estudio. O la casa de sus papás.
● Porque nada se ve como la riso. Si bien la tecnología de estas duplicadoras es cada vez más precisa, no es extraño que los entusiastas de la riso trabajen con modelos fabricados en la década de los ochenta. Por un lado, porque se pueden conseguir a precios bajos (una máquina nueva cuesta cerca de 30 millones de pesos, pero es una nave), y porque las fallas técnicas que inevitablemente aparecen con el tiempo o se heredan de sus vidas pasadas, representan para muchos su mayor valor estético. Algunos errores, o glitches, como las marcas de los rodillos de impresión, variaciones aleatorias en la cobertura de las tintas y transferencia de color de una copia a otra pueden ser, dependiendo del ojo y del proyecto, un milagro o una pesadilla.
● Porque no habrá dos copias iguales. En cualquier caso, el factor humano y la incertidumbre hacen parte del proceso y aunque a punta de prueba y error se puedan llegar a dominar las mañas de una vieja (o nueva) riso, siempre habrá variaciones e imprecisiones en el registro y eso es algo que hay que aprender a aceptar y amar. Finalmente es lo que garantiza que cada copia sea única. Elija riso si está dispuesto a reconciliarse con el error.
También tenga en cuenta que:
Las comparaciones físicas con las fotocopiadoras son puro cariño.Para imprimir en riso hay que pensar en riso. Es un lenguaje propio. Y así como usted no puede pensar en español para hablar en inglés porque la embarra, no pretenda imprimir cualquier cosa con esta técnica (las fotos de su matrimonio para mostrarle a toda la familia, o su tesis, por ejemplo) solo “porque es más barato y rápido”. Cada vez que se vea tentado, vuelva a leer el esta sección.
Ahora, si ya entiende cómo funciona y lo único que le falta es la máquina, por aquí le dejamos una guía de preimpresión con tips de experto para que saque todo el provecho que pueda, y también un directorio de los sitios a los que puede acudir para hacer realidad sus sueños risográficos.
¿Quiénes están imprimiendo en Colombia?
Aunque se dice por ahí que una que otra máquina con la que piratean libros está decomisada y en manos del Ejército, sabemos con certeza que en Cali, Medellín y Bogotá hay cuatro grandes de la risografía que siempre están abiertos a colaboraciones y nuevos proyectos. También hay una máquina en la Universidad de los Andes, pero solo la pueden usar sus estudiantes para proyectos académicos.CALIPSO PRESS
(Cali)
Les preguntamos por qué es relevante imprimir en riso hoy en día...
“Lo interesante de la riso es que permite experimentar. El proceso es rápido, limpio y económico, y eso es una ventaja sobre la litografía o la serigrafía, sobre todo a la a la hora de hacer pruebas entre la pantalla y la impresión”.
LA BRUJA RISO
(Medellín)
Les preguntamos por qué es relevante imprimir en riso hoy en día…
“No tanto lo relevante. Eso dependería de los contenidos impresos. Es simplemente una opción que ha estado muy escasa en nuestro país y específicamente en Medellín. Por un lado, no se ha democratizado la impresora láser, los precios son exageradamente altos (a diferencia de otros países) e imprimir un volumen pequeño se vuelve inviable. La otra opción es la litografía, o impresión offset, y aunque los costos son más amigables el volumen no, pues se deben imprimir grandes cantidades para que alguna imprenta acepte un proyecto.
En este aspecto, la impresión risográfica se encuentra en el medio: ofrece una opción diferente donde es más económica que la láser y no se necesitan sacar los volúmenes de la litografía para ser viable. Otro lado de esta impresión es la estética. Lo primero que salta a la vista es la paleta de color, estamos acostumbrados a ver impresión sobre papel configurada en CMYK y la riso ofrece colores que se salen de este parámetro. De cualquier manera, lo más importante es que permite al público tener una herramienta más, de carácter asequible donde puede tener un resultado diferenciado que depende netamente de qué tanto lo aproveche quien quiera imprimir y no hay que tener un gran presupuesto para ir un paso más allá de la fotocopia a blanco y negro”.
TALLER COLMILLO
(Bogotá)
Les preguntamos por qué es relevante imprimir en riso hoy en día...
“Nosotros creemos que la risografía es igual de importante a otras técnicas de impresión. Cada una tiene su potencial, y dependiendo de cómo se use puede generar diferentes narrativas o experiencias que complementen una idea o una publicación, como el libro-arte, por ejemplo.
Pensamos que así como existe una gran industria de offset en Colombia, también hay que rescatar tipos de impresión poco convencionales, en nuestro caso aprovechando que aún es posible conseguir insumos para las máquinas que tenemos”.
RISO BABY
(Bogotá)
Les preguntamos por qué es relevante imprimir en riso hoy en día...
“Por muchas razones. Sobre todo porque se le puede dar un acabado muy diferente a los proyectos. Si uno está cansado de lo digital y el proyecto de uno se presta, es una buena opción en cuanto a tiempos y precios para tirajes medios. La gente que quiere imprimir en riso y que lo ve como una opción es porque quiere salirse del formato y hacer algo que resalte.
Nosotras compramos la máquina porque la podemos tener en casa y controlar todas las etapas del proceso de impresión y diseño”.
Referentes internacionales para que se inspire
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