Las 20 ilustraciones de 2020
Nuevos fichajes y viejos amigos de la casa nos dieron algunas de las mejores ilustraciones de este año. Conozcan las 20 (o 21) piezas que más nos gustaron y que resumen lo bueno, lo malo y lo inclasificable de este 2020.
acánika no sería lo mismo sin la ilustración. Las imágenes que acompañan textos, las que sostienen nuestras columnas gráficas y aquellas que son el centro de todo sirven como testigos de lo que se nos pasa por la cabeza cada año. Son un reflejo de las emociones de los ilustradores y de los periodistas con quienes trabajamos, e incluso, querido lector, puede que sean testigo de sus propias emociones.
Encontrar y potenciar el talento de los ilustradores que están en esta lista es una de nuestras causas: por eso hacemos el Salón Visual (este año no hubo, pero esperen una versión recargada muy pronto), escribimos sobre artistas que nos enloquecen y hasta les dedicamos videos. Y quisiéramos decir que el trabajo es duro y tedioso, pero vivimos asombrados por la cantidad de talento que hay en la comunidad de ilustradores de Colombia y lo increíble que es trabajar de la mano de creativos tan poderosos. Entonces, nada: estas son las 20 o 21 ilustraciones más hermosas y salvajes que publicamos este año. Ojalá, como a nosotros, les ayude a cerrar el 2020 de una manera más amorosa.
Nuestras ansiedades en cuarentena
Ilustración: Cromalario
Texto: Sara Zuluaga
“Sabía un par de cosas: Isa –pongamos que se llama Isa– había tenido episodios depresivos y en algún encuentro en Bogotá me lo había contado. No sabía otras: tres meses antes había estado internada en una clínica psiquiátrica durante un mes y a principios de 2018 también. Tenía en su historia cuatro intentos de suicidio. Ella tampoco sabía cosas: yo había empezado a desarrollar el año pasado una especie de ataques de pánico y esperaba mudarme para poner atención a ello. No sabíamos cosas pero ya íbamos camino a comprar tomates y atún y pastelitos para estar encerradas a causa de una situación que todavía no entendíamos muy bien”.
¿Quieres ser mi mecenas?
Ilustración: Dennis Quiñones
Texto: María Andrea Muñoz Gómez
“Piénselo así: su éxito en Patreon dependerá de cómo se comunique usted con el mundo exterior. Si usted sueña con que otras personas financien su carrera como ilustrador pero todas sus ilustraciones reposan bajo llave en el cajón de su mesa de noche, ¿cómo espera que los demás se enteren de su trabajo y que decidan apoyarlo? Para que otros financien su proyecto, usted debe dar el primer paso: abrir un perfil en Instagram, ofrecer su primer taller, lanzar el primer capítulo de su podcast. Algo que genere confianza en los demás y que evite que usted quede como un conchudo por pedir plata sin tener nada para ofrecer a cambio”.
Monopolio: capitalismo sobre la mesa
Ilustración: Camilo Andrés
Texto: Juan Manuel Valencia
“Magie creó el juego para advertirle a las personas sobre los peligros de los monopolios. El resultado fue radicalmente distinto: generaciones de personas jugando Monopoly, buscando hacerse con la mayor cantidad de propiedades y dejar en bancarrota a los demás competidores, cuando lo que realmente quería la creadora del juego era que las personas vieran lo injusto que era tratar de adueñarse por completo de todas las tierras”.
Air Jordan 4 Fire Red: nostalgia en cuero
Ilustración: Caroca
Texto: Ángel Unfried
“La silueta fue creada por Tinker Hatfield, el más grande diseñador de la historia de los sneakers, responsable de haber desnudado las cámaras de aire en los Air Max 1, de 1987, y encargado de rescatar el acuerdo entre Jordan y Nike, que corría riesgo tras las hermosas pero incómodas Jordan 1 y las poco trascendentes Jordan 2. Hatfield dio un giro radical con las Jordan 3, jugando con el Jumpman y el logo de Nike, y enriqueció las 4 con texturas de malla y apliques plásticos. Los Air Jordan 4 son unos zapatos perdedores, pero hermosos”.
Temporada en una clínica psiquiátrica. Recuerdos de la casa verde
Ilustración: El insomne
Texto: Sara Zuluaga
“Sebastián se internó en la Clínica Monserrat, al norte de Bogotá. Los primeros tres días estuvo amarrado a una cama con una enfermera al lado. Estuvo quince días y luego a su familia le llegó una notificación de la aseguradora médica que decía que no iban a seguir respondiendo –costaba un millón y medio pasar una noche allá–. Así que tuvo que empezar de nuevo en otra clínica, Emanuel. “Fue muy difícil estar ahí, era oscuro, había personas que parecían zombies por tantas drogas, algunos iban con cuerditas y todo. Solo había un espacio pequeño donde entraba el sol y nos turnábamos por la mañana para recibir un poquito. A veces uno podía poner música y a veces hacíamos ejercicio, pero casi siempre está uno ahí mirando para el techo. El tratamiento fue nulo, los enfermeros me decían: ponga su mejor cara que si no de aquí no sale nunca”. Allá Sebastián hizo una amiga que había entrado por intento de suicidio y un amigo que estaba por manejo de la ira”.
Crecer es otra forma de moverse
Ilustración: Angélica Olmoz
Texto: Lucía Vargas Caparroz
“Hay 19 plantas en la casa que habito hoy. Me gusta que haya algo verde en cada rincón. Las observo todos los días y voy atendiendo a sus reclamos silenciosos: cambiarlas de lugar cuando necesitan más o menos sol, tocarles el cimiento y tantear la humedad de la tierra, reparar en lo que se marchita y en lo que se desprende y, muy de vez en cuando, en lo que necesito podar. Por nombrar algunas: hay un cactus, dos potus, una lavanda, un helecho colgante, una menta y un par de “lazos de amor” o “mala madre”, como le dicen acá. No entiendo por qué en Colombia le dicen mala madre al lazo de amor. Sí, tiene que ver con el desprendimiento de los retoños; pero a lo que voy es que no hay nada más amoroso que soltar un hijo, dejarlo ser. Los lazos de amor crecen hasta desprenderse de sus rebrotes, para que estos den un paso más allá de ellas y pasen a ocupar su propio sitio en la tierra. La expansión de las plantas es supervivencia, es adaptación. ¿Quién puede culparlas por intentarlo?”
Crónicas al volante: Taxis, Uber, Beat, Didi e InDrive
Ilustración: Cromalario
Texto: Jorge Francisco Mestre
“Son casi las ocho de la mañana. Es jueves y el trayecto al aeropuerto desde la calle 100 con 13 hace gala por su precio: Cabify está a 29.000, Beat a 24.000, Uber a 26.900 y Uber Black a 31.800. Por ver, decido descargar la más reciente de las plataformas en entrar al mercado colombiano: Didi. Me ofrecen un precio nada despreciable: 18.000. Llega en cinco minutos. Arrancamos y cuando le pregunto si lo puedo entrevistar, el conductor me mira con reticencia, la misma reticencia que me han mostrado los conductores nocturnos de taxi y de plataformas cuando les propongo hablar sobre su trabajo. De hecho, la mayoría se negó a conversar después de hacerles la pregunta. Otros ofrecieron respuestas tan lacónicas que difícilmente servirían para algo. Después de un momento, mi primer conductor de Didi me cuenta que no es la primera vez que lo entrevistan. Le digo que puedo poner un nombre falso para proteger su identidad. Acepta y me dice que su suspicacia obedece a que tiene muchas cosas que contarme”.
La hierba de hoy no es la de ayer
Ilustración: Camilo Galindo
Texto: Nicolás Pernett
“El cáñamo estuvo presente durante milenios en muchas culturas del mundo que usaban sus semillas para hacer aceite y de sus tallos extraían fibras para producir telas, cuerdas y celulosa para papel. Mientras tanto, los pueblos de tierras más cálidas se familiarizaron con la variedad de mayor concentración de THC que crecía en sus territorios y la usarían (masticada o hecha humo) como aromatizante en los baños turcos que se hacían en las costas del Mediterráneo, como estimulante sexual en los encuentros íntimos de las noches árabes y como droga para envalentonar las batallas africanas”.
Cocinar en busca del calor
Ilustración: Cosecha Visual
Texto: María Andrea Muñoz Gómez
“Supongo que al ser mi propia y única crítica gastronómica es natural que me sienta confiada en la cocina. La ausencia de comensales me evita enloquecer preguntándome si de verdad quedó buena la comida. Pero esa obviedad es importante: escribir para esta revista, que es lo que hago como trabajo, implica buscar aprobación desde todos los frentes: mi editor decide qué se publica y qué no, ustedes deciden si leen o no y según eso yo sigo escribiendo o no. Es una dinámica que exige tener ideas nuevas constantemente y que me obliga a convivir con mis inseguridades. Cocinar solo para mí me libera de esas miradas y gustos”.
El club de la pelea, cuadro a cuadro
Ilustración: Harry Villamil
Texto: Edgar Medrano
“Cierra la mano, se lanza el primer golpe, cae de la silla, se da otro coñazo más, atraviesa una mesa de cristal. Implora piedad a su jefe que está inmóvil con el teléfono en la mano, quien no puede explicar lo que está viendo. Tyler sigue forcejeando solo, construyendo con mucha maña la escena de una agresión.
Durante el autoforcejeo, decide lanzarse contra el estante que estaba a sus espaldas mientras charlaban hace unos instantes. La captura se paraliza, para dejar al público apreciar a este personaje borroso e indefinido. Hasta el momento, nadie en la audiencia sabe que el insomne también es Tyler, él tampoco lo sabe, pero la lucha ya está presente, las dos personalidades ya están en fricción”.
Cinco podcast sobre salud mental
Ilustración: Felipe Rodríguez
Texto: Hugo Santiago Caro
“Hay podcast que hablan sobre música, fútbol, videojuegos, de cuanta cosa se le cruce por la cabeza a la persona que decida encender un micrófono. La selección de este listado no pone los ojos en el afuera, se trata de podcast que miran hacia adentro y dedican un espacio a hablar del cuidado de nosotros mismos”.
La educación en pantalla táctil
Ilustración: Goodi
Texto: Jorge Francisco Mestre
“Esta pregunta que hoy está localizada en esa esfera de privilegio, es una oportunidad enorme para pensar un problema más amplio. Lo que están viviendo hoy con la cuarentena en Colombia los estudiantes de distintas universidades o colegios y las pruebas que tantos otros están haciendo con plataformas de cursos virtuales pueden ser el primer experimento social amplio al que sometemos la educación online para responder a esa gran promesa: educación para todos. Entender la cosa así, planteada en los términos con que actualmente sufren y/o aprenden millenials privilegiados, de hecho, puede servir para pensar cuáles son las condiciones y posibilidades reales de la democratización educativa por medio de la opción virtual, al menos como la conocemos hasta ahora”.
El vacío de los restaurantes
Ilustración: El insomne
Texto: María Andrea Muñoz Gómez
“El asunto con los restaurantes es que dependen de la presencia de sus comensales para poder comunicarse con ellos, y la pandemia los ha obligado a mandar sus mensajes a espaldas de un domiciliario. Sin embargo, como nunca será lo mismo operar desde la distancia, los vestigios físicos que antes protagonizaban las experiencias ofrecidas por los restaurantes se han convertido en el amargo recordatorio de que, al final, todo depende de una (o muchas) transacciones comerciales”.
Mujeres y cuarentena: nuestros cuerpos en aislamiento
Ilustración: Sara Tomate
Texto: Nathalia Guerrero
“En estos días, la Línea Púrpura de la Secretaría Distrital de la Mujer y la Línea 155 de la Consejería presidencial para la equidad de la mujer están atiborradas atendiendo un 140% más de llamadas por situaciones de violencia doméstica, y se han registrado más de 20 feminicidios en toda Colombia. El encierro también ha hecho más evidente la necesidad de balancear la responsabilidad en el cuidado del hogar, en un país donde las mujeres dedicamos en promedio más de siete horas diarias al trabajo doméstico no remunerado, según cifras del Dane.
Aparte de estas problemáticas urgentes nuestro cuerpo, el de las mujeres, ha empezado a sentir efectos diferenciados de la pandemia. Efectos sobre nuestros ciclos vitales, sobre la percepción de nuestra imagen –influenciadas por el espacio virtual que ahora es el principal espacio público– y sobre la forma en que otros se relacionan con nosotras, en ocasiones a través del acoso, el abuso y la violencia”.
Una defensa del perfecto egoísmo
Ilustración: Miguel Otálora
Texto: Jhon Isaza
“Si usted ha llegado hasta acá, y terminó en problemas, como yo, por este dilema, ¡ser o no ser!, es probable entonces que crea que hay algo malo, diabólico y vil en el egoísmo, es probable que usted aún crea que la expresión ¡todos somos egoístas! solo pueda significar tanto como un insulto o un lamento. No sé, quizá ante una desgracia, una pandemia, por ejemplo, vendría mejor decir alto, a todo el mundo: ¡vamos, practiquen siempre un perfecto egoísmo!, intentaré demostrarles que si todas hiciéramos caso a esta frase como un mantra, la vida no tendría ese velo gris que la empaña ahora, y que por fin veríamos en la tierra ese paraíso del que tan bien hablan las religiones de occidente: conviviríamos con leones y jirafas, y en nuestros pesebres nadie sufriría, seríamos una perfecta colectividad egoísta”.
Telefonistas: escuchar el dolor ajeno
Ilustración: Kelly Llanos
Texto: Sara Zuluaga
“Desde que estaba en el colegio, Valeria ha tenido tendencia a la ansiedad y por eso desde muy pequeña recibe terapia. Cuenta que cuando le llegan citas de personas que han pasado por situaciones similares a las suyas, tiene más herramientas para ayudar. ‘La mayoría salimos de la universidad con los recursos suficientes para solventar los problemas de alguien más, nos preparan para que seamos muy racionales’. Sin embargo, la incertidumbre compartida de hoy es innegable y hay quienes han tenido dificultades. Un telefonista de otra de las líneas –que me pidió no mencionar su nombre–, ha tenido más sesiones de terapia de lo que acostumbraba y aun así continúa con estrés laboral: ‘El encierro me ha debilitado mentalmente, me hace mucha falta ver amigos, familia. Salir y ver a todo el mundo con tapabocas también me altera. Es muy difícil porque mi trabajo es calmar a la gente, pero con este virus también uno, que se supone que sabe, se pone en un estado de vulnerabilidad’”.
“Tengo depresión y voy a contarlo en Instagram”
Ilustración: Valentina Buriticá
Texto: Luisa Fernanda Gómez
“Pero volviendo a la foto: no estoy segura de cuáles fueron las motivaciones que me llevaron a publicarla junto con el mensaje. Tal vez tenga algo que ver con mi personalidad, y es que tiendo a contarlo todo porque así siento que logro sacar de mi cabeza lo que me pasa o lo que pienso: lo pongo en palabras que entrego a otrx, y casi que siento que así lo hago tangible. Que lo hago real. Sentía la necesidad de hacer real que tenía un diagnóstico. Que lo que me pasaba no estaba solo en mi cabeza. Que tenía una enfermedad con un nombre. Que de hecho era una enfermedad, o sea que no era mi culpa”.
Cinco consejos para músicos en el mundo digital
Ilustración: Sebastián García (Negrungo)
Texto: Juan Manuel Valencia
“Los músicos, en particular, se mueven en una industria altamente competitiva, en la que no es fácil destacar y donde constantemente aparecen y desaparecen tendencias. Por esa razón es importante que el tiempo que dedican a construir su carrera lo utilicen de forma inteligente, de manera que se vea reflejado en oportunidades reales de trabajo y ganancias económicas.
Este artículo lo hicimos pensando en todos aquellos músicos emergentes que quieren darse a conocer por medio de las posibilidades que ofrece internet, pero que aún no tienen las herramientas para cultivar su público o interactuar con él. Hablamos con tres expertos sobre este tema que nos ayudaron a construir estos consejos”.
¿Qué es un padre?
Ilustración: Mariana Sanín
Texto: María Fernanda Cardona
“Mi padre se fue de la casa cuando yo era muy pequeña y ni siquiera tengo un recuerdo de mi mamá y él juntxs. Por unos años fuimos solo mi mamá, mi hermano menor y yo. Mi papá estaba, pero como una figura lejana a la que veíamos cada dos o tres meses. Luego llegó Rafa, mi padrastro, y tuve lo más parecido a una familia “normal” (no por ello mejor) hasta el día de hoy que construyo la mía. Por su parte, mi abuelo (el esposo de mi abuela) fue esa gran figura paterna, a quien yo acudía para mis tareas del colegio, para que me comprara ropa y libros y el que me dio mesada por 26 años, y solo dejó de hacerlo cuando el tubo del ventilador en su tráquea dejó de ser suficiente para sostenerle la vida. En ese momento sentí que me quedé sin padre. Y no es que no ame a mi padre biológico, es más, entiendo su ausencia. Sé que para él no fue fácil tenernos a mi hermano y a mí, que no estaba preparado y que sabe que se equivocó y lo que sus acciones han significado para sus hijxs. Sin embargo, por más que sepa esto, hay un dolor no resuelto y una pregunta constante: ¿qué es un padre?”
Rapunzel guarda un secreto
Ilustración: Natalia Jiménez
Texto: Jorge Francisco Mestre
“El cuento como nos viene a la mente nos llega de la versión más popular –de las numerosas que existen anteriores a Enredados de Walt Disney Animation Studios– que hubo alguna vez: la última de los Hermanos Grimm, publicada en 1857 en Alemania. Aunque, como es de esperar, son muchos los detalles que no hacen parte de esa memoria colectiva, entre ellos el desenlace de la historia. Sin embargo, lo que muy pocos saben es que ese mismo cuento tuvo alguna vez una versión un tanto distinta, también de los Grimm y que vio la luz en su primera colección de cuentos en 1812. Y es que su recopilación de cuentos había sido tan exitosa que Wilhelm Grimm, el hermano menor de Jacob, se dedicó a editar cuidadosamente los relatos para el gusto de los tantos lectores que les escribieron felicitándolos y comentando su trabajo. Lo interesante es que si el relato de 1812 fuera el que todos recordáramos, nadie diría que se trata de un cuento sobre el encierro envidioso que una bruja malvada impuso a la dulce Rapunzel. Más bien, sería evidente para todos su inquietante actualidad”.
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