Paper Music: concierto ilustrado
La obra Paper Music, una excepcional pieza de William Kentridge y Philip Miller mezcla video, música, dibujo, performance y la turbulenta historia sudafricana. Una emocionante y divertida puesta en escena que disuelve las fronteras entre expresiones artísticas.
l escenario: las minas y fábricas abandonadas al sur de Johannesburgo, capital de Sudáfrica, en los años ochenta. La técnica: animación a partir de dibujos en pastel y carboncillo. Los personajes: Nandi y Felix Teitelbaum. Las imágenes: cuerpos heridos y paisajes desoladores que se borran y redibujan en una reescritura constante de la historia reciente de Sudáfrica. El nombre de la pieza: Felix in Exile. Era 1994 y esta era la primera colaboración entre el artista plástico William Kentridge y el músico Philip Miller. Después de más de veinte años de trabajo colaborativo, ahora llegan a Colombia con una pieza performática que da nueva vida a la intensidad de esos elementos.
Paper Music es una puesta en escena que disuelve las fronteras entre el dibujo y la animación, entre lo audiovisual y lo musical, y –en medio de una desafortunada coyuntura– entre la Sudáfrica de los años ochenta y la actualidad colombiana. El formato de cine-concierto involucra imágenes de archivo y nuevas animaciones de Kentridge junto al pianista Vincenzo Pasquariello y las cantantes Ann Masina y Joanna Dudley interpretando la música de Philip Miller.
Las imágenes proyectadas corresponden a distintos momentos y registros de la obra de Kentridge. Las dos mitades del título tienen un protagonismo literal y compartido: la música recorre toda la obra y el papel es a la vez personaje desplegado, sustrato del dibujo e instrumento musical. Sobre las páginas, los textos y dibujos se superponen, danzan, alternan entre el folclor, la historia y el divertimento estético. Aparecen por igual, escenas crudas similares a las de Felix in Exile, situaciones cotidianas en el centro atestado de ciudades sudafricanas y juegos con relojes que marcan a la vez el tiempo y el ritmo.
Este tipo de montajes que rompen con los formatos tradicionales son recurrentes en el trabajo de Kentridge. En 2014, además de la muy visitada exposición Fortuna en el Banco de la República, el artista se dio a conocer en Colombia como invitado al Festival Iberoamericano de Teatro, donde presentó Ubú y la Comisión de la Verdad con el colectivo Handspring Puppet Company. La pieza multimedial recurría a marionetas, animación y música para poner en escena una versión libre de la obra de Alfred Jarry adaptada en el contexto de la Comisión de la Verdad que instauró Nelson Mandela en Sudáfrica en 1995.
Ese fue el momento en el que muchos colombianos conocieron su obra, incluido Santiago Gardeazábal, director de Nova et Vetera, productora que organiza Paper Music en Colombia: “Como muchas personas fui a la exposición de Kentridge en el Banco de la República. Después tuve la oportunidad de ver un montaje sonoro que hizo en el Eye Museum de Ámsterdam y después vi Paper Music en París. Sentía mucha admiración por sus animaciones cuadro a cuadro, su trabajo multidisciplinario y el aspecto poético en su forma de conjugar gráfica y texto. Este tipo de proyecto multidisciplinario es parte de lo que buscamos programar en Nova et Vetera. Es difícil hacer una exposición como la que montó el Banco de la República y vale la pena darle continuidad a esos procesos”.
A diferencia de montajes teatrales como el de Ubú, en el caso de Paper Music el lugar que ocupa la música es central y otorga protagonismo a otros cuatro artistas en ausencia de Kentridge. Las composiciones de Philip Miller en manos de 3 intérpretes recrean esa atmósfera de nostalgia e introspección que transforma al espectador en testigo de una historia grave y envolvente.
“Me interesan los paisajes sonoros, en especial los urbanos en los que se retratan ciudades como Cape Town, de donde yo vengo. En mis composiciones convergen elementos contradictorios. Como la forma en que las fuerzas coloniales británicas han redibujado el paisaje sonoro sudafricano, y eso ha resultado en influencias como los himnos cristianos que se suman a tradiciones populares como la evocación de los dioses africanos. La producción de artistas visuales, material de archivo, fotografía, palabras a viva voz... todos esos elementos hacen parte de la paleta musical con la que trabajo. Me interesa el collage y por eso trabajo con múltiples capas y medios, no solamente sonoros”, afirmó Miller.
La selección de los 3 intérpretes en escena apunta a las exigencias de un formato tan musical como histriónico. Ann Massina es potentemente africana, rabiosa, divertida, su presencia y su voz transportan al gospel. Joanna Dudley es tan sutil como enérgica, su voz operática y su conciencia del performance llenan el escenario en cada uno de sus solos. Tanto esas voces como el piano deben dialogar con la intensidad visual de las piezas animadas de William Kentridge, quien no estará en esta ocasión, pero que será reemplazado en escena por un gramófono.
Respecto a los intérpretes, Philip Miller se refiere con emoción a la sensibilidad del pianista italiano Vincenzo Pasquiarello y la potencia escénica de las dos vocalistas: “Ann Masina no es solo una intérprete, sino una excelente improvisadora; esto resulta clave para moverse dentro de la forma en la que yo compongo. Canta gospel, pero también tiene experiencia en ópera, creció durante el Apartheid y por eso no tuvo la oportunidad de recibir una educación formal en ópera. Por otra parte, Joanna Dudley es de Australia, pero vive en Berlín. Lo que más me gusta de ella es que es la forma en que juega con su voz como un instrumento, es una extraordinaria intérprete. Ambas tienen presencias impactantes, que además contrastan fuertemente”.
Durante la conversación con Bacánika la voz del músico sudafricano sonaba afectada por las recientes noticias locales. El jueves 29 de septiembre, mientras Miller se encontraba en Colombia durante los preparativos para sus presentaciones en Bucaramanga, el 30 de agosto, y en Bogotá, el martes 3 de septiembre, el anuncio de voceros de las Farc que planean volver a las armas revolvió en la memoria de Miller el recuerdo de los años de más profundo desasosiego y división en su país.
La inequidad social, las divisiones irreconciliables y la precariedad de algunos sectores de la economía no han sido superadas en Sudáfrica después del Apartheid, el sistema de segregación racial que operó en el país desde 1948 hasta 1994, año del estreno de Felix in Exile. Esas circunstancias históricas laten en el impulso creativo de ambos artistas. “Mi trabajo con William ha sido un largo intercambio de ideas. Hemos estado interesados en la forma en que interactúan la imagen y el sonido, lo visual y la música. Mi trabajo siempre ha estado profundamente marcado por los años del Apartheid. En cuanto a los desencuentros históricos entre negros y blancos en un país como Sudáfrica, la forma en que nos encontramos, en que lidiamos unos con otros, y cómo buscamos formas de reconciliación ha sido una preocupación de mi trabajo durante décadas. Por ejemplo, escribí una cantata llamada REwind que recoge, sobre una base sonora, los testimonios de personas que sufrieron abusos de derechos humanos durante el Apartheid. En todo este proceso, no puedo perder de vista el lugar desde el que estoy componiendo, mi identidad, mi propia historia”.
Una experiencia visual y sonora que confronta con una historia turbulenta y desigual, muy distinta a la nuestra y muy oportuna en momentos que invitan a reflexionar sobre la reconciliación. El escenario: Teatro Jorge Eliécer Gaitán. La técnica: animación a partir de dibujos en pastel y carboncillo, piano y voces en escena. Los intérpretes: Ann Massina, Joanna Dudley y Vincenzo Pasquiarello. El nombre de la pieza: Paper Music.
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Paper Music se presentará en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán el 3 de septiembre a las 8:00 de la noche. Bacánika entrega pases dobles a los ganadores de nuestro concurso en Instagram.
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