De la "chucha" y otros males
1. f. Sudor de los sobacos, que tiene un olor característico y desagradable.
Conocida comúnmente en Colombia como “chucha”, su aparición es inherente a ciertas actividades físicas. Sin embargo, algunos la padecen sin realizar mayor esfuerzo.
A continuación hablaré de algunos de los tipos de chucha que he identificado en mi no tan larga vida.
Chucha Metalera, hardcore o del extraño de pelo largo: Esta clase de sobaquina es cultivada generalmente en chaquetas de cuero y chalecos de jean con muchos parches y taches. Su intensidad se atribuye a la personalidad del portador que, en este caso, es fuerte y muy arraigada. Puede ser producto del pogo o de no lavar la ropa, aunque no se sabe con exactitud.
Chucha rumbera o “chucu-chucha”: Esta sobaquina es común en las fiestas donde se baila hasta con la escoba. Se agrega el prefijo “chucu” haciendo referencia al chucu-chucu o música tropical, interpretada en vivo o puesta en discos LP en las fiestas familiares. Hay que resaltar que esta clase de chucha surge de una fuerte actividad física y de la utilización de popurrís, también llamados mosaicos, de diferentes géneros musicales. La intensidad depende únicamente de su portador; sin embargo, logra ser disimulada por el olor a trago, cigarrillo y aromatizantes usados en el lugar.
Chucha “I will survive” o chucha setentera: Esta se atribuye específicamente a los setentas y todo lo que reviva esa época. Era el producto de usar trajes de satín y lentejuelas, capas de piel y zapatos de plataforma. Hay que aclarar que el “mapa” (humedad producida por el sudor que es evidente en la tela de las axilas) no siempre se relaciona con el mal olor. Por eso, no todos los artistas de la época olían a sobaquina.
Electrochucha o chucha moderna: Aunque estando en el siglo XXI no hay excusas para tener mal olor, hay algunos que insisten en conservarlo. Por eso, los culpables de provocar “chucha” en la actualidad en algunas personas son los beats electrónicos de algunos géneros musicales.
En fin, este es un homenaje a esas canciones que, de una forma u otra, hicieron que más de uno resultara con “golpe de ala” después azotar baldosa, brincar, gritar y cortejar en cuanta fiesta, bazar, bautizo y concierto asistió. Gócenla, así les toque contener la respiración.
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