Fragmentos que florecen: el mural de Nats Garu en la cárcel La Modelo
¿Qué puede hacer un mural frente a la violencia? Con esta obra Nats Garú propone una respuesta al ofrecer una reparación simbólica que rinde homenaje a la periodista Jineth Bedoya y a las mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia sexual. Aquí un recuento de su proceso.
El pasado 23 de mayo se inauguró Fragmentos que florecen, un mural que rinde homenaje a Jineth Bedoya y a las víctimas de violencia sexual en el país, al interior de la cárcel La Modelo de Bogotá. La iniciativa fue parte del Ministerio de Justicia y del Derecho junto a la periodista Jineth Bedoya, el colectivo que dirige “No es hora de Callar” y el diario El Tiempo.
La muralista bogotana Nats Garu —Natalia García— fue la ganadora con su propuesta. El mural le tomó tres semanas continuas de trabajo en el centro penitenciario. Su objetivo fue resignificar, a través de la reparación simbólica de la pintura, el caso de la periodista y activista Jineth Bedoya, así como las violaciones a los derechos humanos de las sobrevivientes de violencia sexual, física y psicológica.
Jineth Bedoya es una de las periodistas más reconocidas del país y hoy es la editora de género del diario El Tiempo. Además, es una sobreviviente de los vejámenes de la violencia sexual, física y verbal dentro de la cárcel La Modelo en el año 2000. Este lamentable hecho derivó en la histórica sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el Estado colombiano como medida de reparación. Investigando sobre el pasado de Bedoya, Nats Garu logró crear una pieza tan poderosa y conmovedora como la historia misma.
“Un punto clave era el apoyo entre mujeres y el contenernos a nosotras en un momento traumático”, explica la muralista. “Por eso esta imagen tiene momentos: el primero es el momento de ruptura, está en el centro del mural, como una explosión. Luego está el momento contenido por otras mujeres, pero no son cualquier mujer, son mujeres que entienden la herida, que entienden el trauma, que también tienen grietas, pero que ya han pasado por un proceso y han podido florecer. Y al final, un ámbito de rupturas contenido por esa red de apoyo permite que esa persona pueda florecer”.
La obra recorre todo el pasillo de la entrada interna a la cárcel. Sobre un fondo azul, cinco mujeres con fracturas: dos en el costado izquierdo y tres en el derecho, protegen y resguardan a una sexta mujer en el centro, la cual está en medio de una explosión. La gama de rosas y violetas de la piel de las mujeres y las flores que brotan de sus cuerpos contrasta con el estallido central en tonos cálidos con amarillos y naranjas. Al final, en el extremo derecho del mural, se encuentra una mujer desnuda y serena, también con flores que florecen de sus cicatrices, de sus fragmentos.
Pensar, plantear y diseñar este mural a gran escala fue uno de los diversos desafíos que tomó Nats, pues otros aspectos como el espacio, la iluminación y los acontecimientos de seguridad que venía atravesando el centro penitenciario hicieron de este proceso una experiencia enriquecedora, aunque también retadora para la artista.
“Siento que es un proyecto transformador, tanto por mi acción ahí adentro, como por lo que la cárcel hizo por mí estando allí. Fueron tres semanas en las que tuve que estar entrando, saliendo y creando también relaciones dentro. Y aparte, los eventos ocurridos mientras yo pintaba este mural, como el asesinato del director de la cárcel… Entonces creo que fue una Nats la que entró y otra la que salió de allá”, relata la muralista.
Además de reparadora, "Fragmentos que florecen" fue también la victoria de la propuesta de Jineth Bedoya en este espacio como respuesta del ministro de Justicia, Néstor Osuna, quien aceptó la intervención artística en La Modelo, espacio en el que Bedoya Lima fue secuestrada y violentada sexual, verbal y físicamente. No es fácil, o siquiera accesible, realizar intervenciones de este formato en un centro penitenciario como la cárcel La Modelo, pero es una medida de transformación frente a la política carcelaria del país.
Según relata Jineth Bedoya en el corto documental “Resignificación, 24 años después”, después de su secuestro, regresó tres veces a la cárcel La Modelo: a los 7 meses para enfrentar a sus abusadores, en el 2010 para realizar un reportaje sobre los 50 años del centro penitenciario y finalmente, en 2024, para rememorar su historia a través del arte y la reivindicación en compañía de Nats Garu, su familia y colegas más cercanos.
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