Tres proyectos que le apuestan al medio ambiente
Tres proyectos que le apuestan al medio ambiente
Cada día son más los jóvenes que le meten el hombro al asunto del activismo verde y es que el temor por el cambio climático y el equilibrio de nuestro planeta cada día es mayor, no por nada 170 países se han unido al Acuerdo de París para combatir la amenaza que afronta la humanidad. El activismo ecológico está tomando cada vez más fuerza en Bogotá y esto se debe al impulso y trabajo continuo de colectivos y artistas que día a día trabajan para cuidar nuestro entorno desde diferentes disciplinas.
En una búsqueda junto a Honor 8, estos son algunos grupos de activismo ecológico que nos demostraron que #EsDeValientes salvar el planeta.
Menos desperdicios, más animales de llantas
Según la Secretaría Distrital de Medio Ambiente, cada día más de 2.5 millones de llantas terminan invadiendo el espacio público –es común verlas abandonadas en avenidas, separadores, potreros y parques de la ciudad–. Preocupado por semejante problema ambiental, un taller ubicado en la Casa de la Juventud de Chapinero ha recogido cerca de mil neumáticos para realizar obras y esculturas para ubicarlas en distintos espacios públicos de Bogotá.
Los integrantes del equipo Trec Art clasifican las llantas, las cortan y las ensamblan con tornillos en un armazón de hierro hasta que toman la forma de un animal. Loros, flamingos, tortugas, cocodrilos y hasta Shen Long –sí, la “mascota” oficial de Dragon Ball Z– son algunas de las figuras que ha construido esta fundación liderada por Juan Carrillo, un economista de 25 años. La fundación ha construido dos ecoparques, uno en la Casa de la Juventud de Chapinero y otro en el barrio Marichuela, ubicado en Usme. “El desperdicio de desechos en espacios públicos es lo que más afecta el medioambiente”, dice Juan.
Cerca de 300 jóvenes se han visto beneficiados con estas obras, las cuales atizan el sentido ecológico de chicos y grandes e innovan –en términos visuales– los parques tradicionales de la ciudad.
Un mapa de huertas urbanas
La agricultura urbana consiste en gestionar cultivos dentro de las urbes, estos se pueden levantar en balcones, paredes, techos o incluso en alcobas de apartamentos. Existen varios ejemplos que incentivan a las personas para que cultiven lo que se comen.
Aunque el Jardín Botánico lidera un programa a través del cual 53 mil personas han sido capacitadas en proyectos de agricultura urbana, no existe (por el momento) una base de datos confiable que recopile la cantidad de huertas dentro de la ciudad.
Frente a esta carencia se creó AgroEcoBta, un mapa, en tiempo real, que ubica las huertas que hay en todo Bogotá para incentivar el cultivo urbano. Cuatro jóvenes fueron los encargados de crear este proyecto: Birgit Hoinle, Melisa Franco, Julián Ramírez y Kharen Viviana.
“El objetivo principal es crear un tejido social que facilite la generación de economías locales en Bogotá y sus alrededores, aunque potencialmente la plataforma puede llegar a tener incidencia Internacional”, dice Kharen. Además de ubicar huertas, otro propósito de la plataforma es incentivar una economía “verde” a través de la cual los agricultores urbanos puedan intercambiar sus productos con otros cultivadores.
AgroEcoBta es sencillo y colaborativo: solo hay que ubicar la huerta en el mapa, ponerle un título con una descripción, una imagen o video y añadir los datos del dueño de la huerta. Las categorías son educación, alimentos y productos naturales, y semillas e insumos.
Estos jóvenes llevan haciendo este proyecto hace dos años sin ningún tipo de apoyo institucional. “Lo importante de esto es hacer que las personas tengan una participación más activa con el tema de la agricultura urbana y, de paso, colaboren con el medioambiente”, concluye Kharen.
Podemos imaginar una ciudad ecosostenible
ORGANIZMO es un centro de diseño pionero en la creación de comunidades ecosostenibles por medio de la bioarquitectura y el trabajo comunitario. Según Ana María Gutiérrez, una de las fundadoras del proyecto, junto con Itamar Sela, la idea es capacitar a las personas para que respeten el entorno y les den uso a los recursos que tienen a su alrededor. Este espacio imparte técnicas de construcción de bajo impacto como techos verdes, muros verdes, construcción con fardos de paja, construcción con tierra, construcción con reciclaje de botellas PET y escombros, y la técnica del superadobe y los ecodomos (viviendas baratas y resistentes de bajo impacto ambiental).
Llevan ocho años en este cuento y tienen su cuartel de inteligencia y acción en Tenjo, Cundinamarca, también han actuado en la Guajira, Amazonía, el Magdalena y otros puntos del país. Actualmente el equipo está conformado por Ana Gutiérrez, Itamar Sela, Alba hurtado, Wilmer Montenegro y William Fonque. También se suman constantemente practicantes, estudiantes y voluntarios.
“La importancia de estos proyectos es generar autogestión y empoderamiento comunitario. Que cada persona pueda construir con lo que tenga y no esperar ayudas del gobierno que nunca llegan”, dice Gutiérrez.
Más que trabajar con población vulnerable y no vulnerable, la intención de estos pelados es educar y concientizar a las personas para que sean gestores de su propio entorno para que cosechen su comida, construyan sus casas y, especialmente, para que vivan dignamente.
Esta nota fue hecha con el apoyo del nuevo Honor 8, el smartphone que se atreve a cambiar estereotipos. Porque #EsDeValientes ser diferente en el día al día. Conozca más de este celular en su página de Facebook.
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