Virtualmente drogados
nternet se reinventa para ser portadora de contenidos sonoros que simulan los efectos de algunas de las drogas más famosas. Un tema que sin duda los llevará a experimentar con sus alcances.Desde que internet empezó a abrir las fronteras comunicativas en el mundo, ha contribuido al engrandecimiento de industrias del entretenimiento tan colosales como la música o el porno. Evidentemente, las drogas, un negocio igualmente masivo a los dos anteriores, no podía quedarse atrás: ahora la red nos da acceso a estas sustancias en un paso tan simple como una descarga.
Ya es un tema muy popular en la red y desde el siglo pasado se viene experimentando con la influencia de los sonidos en la vida de las personas. Pues bien, en 2007 el psicólogo Nick Ashton creó I-Doser, un portal en internet que asegura estimular el cerebro mediante un sonido a dos frecuencias (llamado biaural) que produce alteraciones en la percepción, simulando así efectos de algunas de las drogas más conocidas como la marihuana, el LSD o la cocaína.
Para lograr esto se debe bajar de su sitio www.i-doser.com el software con el que regalan las primeras dosis que se deben escuchar con audífonos de alta calidad. Según su creador, cada sonido tiene un ritmo biaural avanzado que sincroniza las ondas cerebrales con ambientes sonoros que inducen a la euforia, la relajación o las alucinaciones.
Muchos de los testigos que dejan sus testimonios en la página, aseguran haber logrado estados alterados de conciencia mientras escuchaban las pistas. Existen otros portales que ofrecen drogas virtuales, uno de ellos es www.Hex-Hit.com, en donde cada descarga (Un “Hit”) puede costar alrededor de ocho dólares,; esta descarga incluye tres pistas de diferente duración cada una, dependiendo de la droga o el efecto que el cliente quiera emular de acuerdo a su estado de ánimo.
Para mí, la existencia de estas drogas digitales causaron más que escepticismo, una natural curiosidad, porque pensar en sonidos ‘psicoactivos’ a cualquiera le parecería ficción, así que baje el software abierta a cualquier posibilidad. Sinceramente su interfaz deja mucho que desear, en total contiene 234 ‘dosis’ que en realidad son mp3s de diferente duración, cada uno de acuerdo a la droga que se quiera simular.
Empecé con la marihuana, me pareció un fraude, ruidos sin sentido durante 45 minutos en el que el único efecto que simulo fue el de un cansado sueño. Al día siguiente decidí darle una nueva oportunidad al programilla y probé con la cocaína, muy diferente al de la marihuana, estas frecuencias son fuertes y se hacen más rápidas conforme avanza el tiempo. Debo decir que al principio fue algo perturbador pero después de unos minutos mi oído pareció soportarlo y acomodarse al sonido, mas allá de eso cualquier otro efecto fue nulo para mí.
Llamó mi atención la variedad de drogas que tiene el I-Doser; desde opio hasta salvia devinorum, así como calmantes, peyote y hasta anestesias. Había otras de las que jamás había escuchado de su existencia hasta ese momento. Seguí escuchando algunos tracks y llegue a la conclusión de que tal vez estas drogas virtuales pueden ser un principio para algo más cercano a la realidad si se sigue experimentando con estos ritmos biaurales porque, por ahora, para mi existen muchos sonidos convertidos en música que pueden hacer sentir mucho más de lo que este software hizo.
Aun así, puede que la visión que quieran transmitirnos los creadores de este sistema virtual de drogas sea la de abrir la mente a otros métodos de alterar la conciencia sin tener que ingerir sustancias que en ocasiones pueden llegar a perjudicar la salud mental y física. De ser así, debo decir que apoyo esta reinvención en el vasto mundo de las drogas.
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